miércoles, 30 de abril de 2014

¿Cuál es tu salario emocional?

Al igual que en ocasiones, la cuenta del banco puede quedarse en números rojos, la hucha emocional de una persona se queda completamente vacía desde la falta de motivación y de reconocimiento que arrastra día a día en la oficina. La motivación se hace todavía más urgente en la crisis por el miedo al despido con el que conviven la mayoría de los trabajadores. Y también, porque como consecuencia de este temor al despido, existen trabajadores que ocultan algunos síntomas depresivos.


Las emociones agradables

Las emociones agradables complementan el sueldo que recibe una persona. En realidad, no existe premio mayor que el que tiene una persona cuando está contenta con lo que hace. Y va satisfecha cada día a la oficina. Lo cierto es que aunque este reto es posible, no se puede delegar únicamente en manos del jefe la responsabilidad por tener una motivación externa puesto que también es indispensable que cada uno aprenda a motivarse a sí mismo.

Por tanto, las emociones surgen de uno mismo, de la lectura que cada uno hace de los hechos. Por ello, intenta sacar lo bueno que te aporta tu empleo. Deja de lado el exceso de exigencia porque no existe el trabajo ideal al cien por cien, lo importante es que a ti te compense aquello que haces.


El sueldo emocional

Para alimentar tu sueldo emocional, intenta aceptar las cosas tal y como son, para no frustrarte por lo negativo. En cambio, haz algo por mejorar aquello que sí depende tu voluntad.

Las empresas que asumen que los trabajadores que son felices y se sienten valorados por los jefes trabajan mucho mejor y rinden más, entonces, han descubierto la verdadera fórmula de la motivación cuya sabiduría interna implica comprender las necesidades afectivas de un ser humano.


F & M´s 

Coach ejecutivo. Consultoría empresarial.

martes, 29 de abril de 2014

Los problemas personales de ser autónomo o emprendedor

En los últimos tiempos como consecuencia de la crisis económica y de la elevada tasa de paro en España se está haciendo especial hincapié en la importancia de emprender o del autoempleo como salida profesional. Y, aunque es una opción que se puede valorar, no hay que olvidar que ser emprendedor o autónomo tiene también una serie de inconvenientes más allá de las dificultades económicas de acceder a financiación.
Y es que la vida de una persona se transforma casi en su totalidad. Un cambio que es importante tener presente para que nada más comenzar la nueva etapa profesional no se empiece a generar una cierta frustración o desánimo. Muy importante para ello es tener constancia de los aspectos que son diferentes en el día a día cuando uno es emprendedor o autónomo para intentar paliarlos de antemano en la medida de lo posible. Pero, ¿en qué cambia realmente la vida?

Principales cambios

Evidentemente, estos cambios pueden variar en función de la actividad profesional que se realice, aunque sí puede hablarse de algunos que suelen ser comunes a todos o que afectan en mayor o menor medida. Uno de ellos es la calidad de vida. Es habitual que las jornadas de trabajo se prolonguen y se tenga que dedicar más tiempo al trabajo porque hay más labores que hacer, sobre todo, vinculadas con la gestión empresarial.

Hay que tener en cuenta que, hoy en día, con la crisis, los resultados económicos que se consiguen suelen ser más ajustados, lo que conduce a tener que trabajar más. También se limita el disfrute de actividades de ocio como consecuencia de los recursos económicos de los que se dispone y porque se carece de menos tiempo al dedicarle a la profesión más horas.



Las vacaciones, igualmente, son más cortas. Raro es poder disfrutar de un mes de vacaciones seguido, puesto que hay que estar pendiente del negocio o de la actividad que se haga. Una falta de descanso que puede generar un mayor nivel de estrés, que se ve acrecentado por otros factores como una jornada laboral más larga.


La conciliación de la vida laboral y familiar también es más difícil puesto que la jornada laboral se tiende a prolongar y, con frecuencia, no se tiene un horario fijo para poder organizarse. Además, es habitual que las preocupaciones del negocio o de la actividad profesional se lleven al seno familiar.

Asimismo se puede producir un cierto aislamiento social, puesto que al tener una jornada laboral larga y tenerse que ocupar de la gestión y otros asuntos profesionales se dispone de menos tiempo para estar con los demás, participar en actividades aunque sean de asociaciones profesionales o formación, entre otros. A esto se suma que tanto emprender como ser autónomo sigue sin estar muy bien visto en el país.

Con la legislación actual y mientras no varíe, se tiene también menos protección social en comparación con los trabajadores por cuenta ajena. Muchas personas, a la hora de cotizar, eligen la base mínima –porque a veces no se puede pagar más-, lo que se traduce en una menor cuantía en concepto de baja laboral y de pensión de jubilación.

Y no hay que olvidar tampoco que se contraen determinados riesgos sobre el patrimonio, aunque todo depende de la sociedad que se constituya. Pero, por ejemplo, en los autónomos se responde con el patrimonio personal.


F & M´s 
Coach ejecutivo. Consultoría empresarial

viernes, 25 de abril de 2014

Los límites del coaching en la empresa

Se habla mucho del coaching, tanto que llega a parecer un antídoto milagroso a la hora de
alcanzar el éxito. Nada más lejos de la realidad, el coaching es solamente una herramienta de conocimiento más. Sin embargo, no produce efectos rápidos a corto plazo, y menos todavía, si el coach no se trabaja a sí mismo, no reflexiona sobre los contenidos de cada sesión, no se deja conocer o no hace los ejercicios que le marca el coach.





Pero además, existen muchas limitaciones posibles en relación con los resultados positivos del coaching. Por ejemplo, no ayuda en nada el hecho de que no haya una buena afinidad entre el coach y el coache. Hay que tener en cuenta que más allá de ser un vínculo profesional, es una relación personal en donde dos personas comparten mucho tiempo en común. Si no existe confianza mutua

y simpatía, es mejor dar el proceso por terminado.

Por otra parte, existen personas que no se muestran muy receptivas ante un proceso de coaching porque creen que el precio de la sinceridad puede ser alto. Es decir, no se sienten cómodas al criticar a un compañero de trabajo porque tienen miedo de que luego se sepa. En este sentido, es indispensable recordar que todo aquello que se habla en un proceso de coaching es confidencial y privado. Este tipo de miedos surge especialmente, cuando el coach es interno en la empresa y conoce a toda la plantilla.

Otra limitación del coaching surge del propio profesional. Existen muchos coach, sin embargo, hace falta mucha experiencia para desenvolverte con soltura en una empresa. Por ello, merece la pena contratar a un profesional de prestigio que pueda aportar referencias de sus trabajos previos. 
El coaching es una herramienta, nada más. Pero no hace que la vida de los trabajadores cambie de la noche a la mañana.

F & M´s 
Coach ejecutivo. Consultoría empresarial.