sábado, 15 de julio de 2017

Período vacacional

Estimados seguidores, como cada año por estas fechas llega el momento de realizar un pequeño alto en el camino, recargar energías y aprovechar estos días para seguir estudiando e innovando y poder ofreceros a mi regreso los mejores artículos y contenidos de máxima calidad.


Mi mayor y mejor deseo en estas fechas es desearos que desconecteis si os es posible de las actividades cotidianas y disfruteis de un período vacacional excepcional.

Gracias a todos por vuestro inestimable apoyo y seguimiento a las publicaciones, que sin duda alguna lo hago con todo mi cariño e intentar transmitiros mis conocimientos y experiencias.

Marc Soriano
Coach ejecutivo y Formador

viernes, 14 de julio de 2017

Las excusas

"No es porque las cosas son DIFÍCILES que no nos atrevemos, mas bien las hacemos difíciles cuando no nos ATREVEMOS",

Las EXCUSAS aparecen con mayor facilidad ante las primeras DIFICULTADES.



Especialmente cuando la MENTE esta confusa, y nuestro estado de ÁNIMO descuidado.

CLARIFICAR la mente, descubre muchas veces nuestras excusas, lo que facilita el VALORAR adecuadamente la magnitud de las DIFICULTADES.

Si además las VALORACIONES las hacemos en el estado de ÁNIMO adecuado puede que podamos ENFOCAR mejor NUESTRAS vidas.

El resto será cuestión de VALOR, decisión, CONFIANZA y determinación, que no es poco.

Aunque esos ya serán otros PASOS, primero conozcamos nuestras propias EXCUSAS.

Marc Soriano
Coach ejecutivo, Formador

miércoles, 12 de julio de 2017

Cosas que las personas altamente intuitivas hacen de manera diferente

Decía Steve Jobs que “la intuición es algo muy poderoso, más que el intelecto”. Y no le faltaba razón. De hecho, él mismo demostró, al igual que muchos grandes genios, que la intuición es una potente herramienta, y más en un mundo tan racional como el que vivimos hoy. Incluso el mismo Albert Einstein decía: “La única cosa realmente valiosa es la intuición”.


Básicamente nuestra intuición sirve para mantenernos a salvo, ya que nos ayuda a tomar decisiones teniendo en cuenta nuestras emociones. Es como una especie de radar que nos informa sobre los peligros inminentes o sobre oportunidades latentes, un faro que nos guía a través de la vida.

“Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición”.

Sin embargo, aunque todos tenemos esta capacidad innata para tomar decisiones basadas en la intuición, no todo el mundo sabe conectar con su voz interior de la misma forma. No en vano, las personas que tienden a escuchar a su corazón cuando se enfrentan a una decisión difícil, es muy probable que actúen de manera diferente.

Ser fiel a uno mismo siguiendo el propio instinto

La intuición juega un papel importante en nuestra vida cotidiana. Muchas de las decisiones que tomamos son fruto de nuestra intuición más que de nuestra reflexión lógica. Simplemente, nos dejamos llevar por nuestro instinto, la mayoría de las veces sin darle demasiada importancia. También en muchas ocasiones compaginamos las dos fuentes de información en una misma decisión: una parte de intuición y otra parte de razonamiento.

Sin embargo, cuando tenemos que tomar decisiones importantes, especialmente cuando esas decisiones contravienen los preceptos sociales y culturales establecidos, nos vemos obligados a decidir hacer caso a nuestra intuición. Las personas altamente intuitivas deciden ser fieles a sí mismas y siguen su instinto, y eso marca una clara diferencia en todo lo que viene después.

¿Toman mejores decisiones las personas altamente intuitivas? ¿Tienen más éxito por seguir a su instinto? Lo cierto es que esa pregunta no tiene una única respuesta, puesto que seguir al instinto no implica estar en posesión de la verdad absoluta.

Lo que ocurre es que seguir los propios instintos asegura una mayor sensación de control, no de las circunstancias, sino de uno mismo. Al fin y al cabo, hacer lo que se supone correcto tampoco garantiza nada. La diferencia es que el que decide seguir su intuición se sabe dueño de su destino, dueño de sus decisiones.

¿Qué hacen las personas altamente intuitivas de manera diferente?

En realidad, la mayoría admiramos a las personas altamente intuitivas. Admiramos la libertad con la que viven su vida, la seguridad con la que se conducen y los efectos que todo esto tiene en ellos. Entonces, si todos tenemos intuición, ¿por qué no la seguimos?

¿Tenemos miedo? ¿No confiamos suficientemente en nosotros mismos como para dejarnos llevar por nuestra voz interior? ¿Estamos tan alienados que no somos capaces de hacer lo que nosotros consideramos que debemos hacer?

¿Cómo empezar a confiar más en nuestro instinto? ¿Cómo hacerlo florecer? Empecemos por observar y analizar qué hacen estas personas altamente intuitivas. Aplicando su forma de actuar podremos empezar a encontrar ese yo interno aprisionado y a darle voz para que nos guíe por nuestro propio camino.

Las personas altamente intuitivas escuchan a su yo más elevado

Las personas altamente intuitivas no ignoran sus instintos, sino que los escuchan hasta el punto de usarlos como principal fuente para tomar una decisión. Muchos son escépticos ante esta forma de actuar, pero las personas que sienten con fuerza esa voz interior saben que no pueden ir contra ella y no luchan para callarla.

La gran diferencia es que a las personas altamente intuitivas no les importa si los demás piensan que sus voces interiores parecer una locura. Ellas la escuchan de todos modos, tanto si se trata de algo simple como si conlleva ir contra todo. En algunos casos, esto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Resulta curioso es que la mayoría de la gente tenga alguna experiencia en la que seguir su intuición le ayudó con algo. Puede que sean cosas menores, o sin importancia, puede que simplemente fuera una ráfaga que simplemente le salvó (a él o a otro) de algo importante o le supuso una gran oportunidad.

Las personas altamente intuitivas necesitan pasar tiempo a solas

Para conseguir escuchar esa voz interior, las personas altamente intuitivas necesitan tranquilidad, estar a solas. Solo así pueden cultivar la energía interior, solo así pueden escucharse. Es por eso que estas personas suelen ser bastante introvertidas.

En esta necesidad de estar a solas, de escucharse y sentir su energía interior se debe a que necesitan sintonizar con sus sentimientos internos y perspectivas sobre sí mismos. A través de la meditación y/o la práctica espiritual, estas personas consiguen aplacar el ruido del mundo exterior para prestar atención a su conocimiento interior.

De ese modo, las personas altamente intuitivas tienden a tener menos niebla mental, porque han aprendido a sentarse en silencio con su propia compañía, a sentirse cómodas con ellas mismas.

Las personas altamente intuitivas tienen en cuenta todo lo que hay a su alrededor

Un rasgo común de las personas altamente intuitivas es que prestan atención a su entorno y empatizan con los demás. Del mismo modo que presta mucha atención a su mundo interior, las personas altamente intuitivas miran al mundo exterior con el corazón y con los ojos abiertos. Así, pueden conectarse profundamente con los demás, ya que primero han aprendido a hacerlo dentro de sí mismos.

De hecho, las personas altamente intuitivas tienen una habilidad especial para comprender cómo se sienten los demás. También tienen una gran capacidad para saber lo que quieren decir sin que ellos tengan que decir una palabra, lo que les ayuda a entender mejor a cada persona de manera individual.

Las personas altamente intuitivas destacan por su creatividad

Si observamos con detenimiento podemos ver que, a lo largo de la historia, muchos grandes genios del arte, pero también de la política y de la ciencia, personas que han revolucionado la forma de hacer las cosas, han destacado por ser personas altamente intuitivas. Su creatividad, inspirada por su instinto, les ha guiado para hacer las cosas de otra manera, para hacer preguntas diferentes, para plantear alternativas sorprendentes.

Esa creatividad alimentada por la intuición hace a las personas altamente creativas sentirse vivas, sentirse libres, sentirse útiles. En este sentido, estas personas saben que alimentar la creatividad interna permite que la fuerza vital fluya a través de cada uno, alimentando a su vez el propio instinto.

“Es tu intuición la que habla, y la intuición suele tener razón. La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional, un fiel servidor. Hemos creado una sociedad que honra al servidor y olvida el don… Raros son los que ven con sus propios ojos y experimentan con su propia sensibilidad”.

Las personas altamente intuitivas conectan con las sensaciones de su estómago

Los científicos han descubierto que nuestro intestino es un segundo cerebro debido a la gran cantidad de neuronas que recubren las paredes intestinales. Pero las personas altamente intuitivas saben y han comprobado por sí mismas que su estómago es una gran fuente de sabiduría, más bien, de intuición. La mayoría también lo hemos experimentado, aunque tal vez no lo hayamos sabido escuchar o hayamos preferido ignorar las señales.

Para los más escépticos, cabe destacar que algunos expertos creen que nuestros instintos son más eficaces y eficientes que el análisis lógico en nuestro proceso de toma de decisiones, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Boston, la Universidad de Rice y la Universidad George Mason.

En realidad, a las personas intuitivas no les importa lo rápido que se mueva el mundo o lo que piensen o esperen los demás de ellos, ya que siempre van a tener tiempo para escuchar a su guía interior.

Vivimos en un mundo que valora la lógica mental, no el razonamiento emocional

Ser una persona altamente intuitiva no es fácil, sobre todo cuando tu instinto desafía las normas, la lógica y “lo lógico”. A veces a pequeña escala, otras a lo grande. No importa. De alguna manera, confiar en la intuición y vivir en consecuencia es navegar contracorriente.

Hacer las cosas como es debido es algo que hemos oído desde pequeños. Pero, ¿quién tiene la certeza absoluta de que las cosas deben ser de una determinada manera? ¿No es acaso ese “hacer las cosas como deben hacerse” el responsable de la miseria colectiva en la que nos vemos atrapados?

Puedes hacer las cosas de manera lógica o seguir tu intuición. Y a ti, ¿qué te dice tu instinto que debes hacer?

Marc Soriano
Coach ejecutivo, Formador.

lunes, 10 de julio de 2017

El mejor acto para el corazón es ayudar a otros a levantarse.

Ayudar alivia y recompensa. A pesar de que más de uno diga aquello de que en ocasiones, tender la mano desde el corazón trae más de dos desilusiones, sólo las personas nobles y auténticas entienden que no podrían hacer las cosas de otra forma.


Ayudar a otros a levantarse no es fácil. En ocasiones, requiere en primer lugar que la persona tome conciencia de que necesita ser ayudada, y que agarrarse a una mano amiga no es sinónimo de debilidad. Sino de fortaleza. En segundo lugar, implica invertir esfuerzos, tiempo y emociones. No obstante, esas, son cargas que no pesan demasiado.

La propia vida debería ser siempre un encuentro natural para el amor y el respeto, ahí donde la empatía universal fuera esa fuerza implícita en nuestro corazón, que nos permitiese tener la bondad como máxima expresión.

Sabemos que no es fácil, y que en ocasiones, nos llenamos de frases grandilocuentes que a todos nos gusta compartir en nuestras redes sociales pero que al final, algunos olvidan. Porque muchos ni siquiera llegan a ver esas necesidades más cercanas.

En ocasiones, es nuestra propia familia o nuestros propios amigos quienes necesitan ese apoyo con el cual poder levantarse. Alguien que esté pasando una depresión necesita comprensión, apoyo y cercanía.

Puede que alguno de nuestros hijos adolescentes estén pasando un duro instante vital, con acoso en el colegio, o viva ahora su primera decepción emocional. Algo que nosotros no percibimos porque no tenemos tiempo, porque tenemos nuestras miradas puestas en otros aspectos.

El corazón necesita ojos para ver y libertad interior para sentir. Hemos de desvestirnos de superficialidades para atender lo esencial, para que esa bondad que es natural en el ser humano, nos permita dar ayuda a quien lo necesita.
Aprender a escuchar desde el corazón
Puede que tu mejor amigo/a te hable con un rostro pintado de sonrisas, que sus palabras suenen alegres. Sin embargo, te basta con atender su mirada para intuir esa lágrima que está apunto de desbordarse.

El corazón que sabe escuchar es sabio y está libre de egoísmos, ajeno a ese universo cerrado y entrópico que sólo se alimenta de necesidades propias. La bondad sabe intuir y sabe leer entrelineas.

Intuir las emociones ajenas es un don instalado en nuestro cerebro social a través de las neuronas espejo y la empatía. Todos venimos a este mundo sabiendo reconocer emociones tan básicas como la tristeza, la rabia, el amor o el miedo.

Sin embargo, en ocasiones, ya sea por influencias sociales, educativas o de personalidad, hay quien concentra todas sus intuiciones hacia uno mismo. En lo que “yo siento”, lo que “yo necesito” y lo que “yo quiero”. Es, mediante estos tres ejes como empieza entonces a estructurar su vida.

Para vivir desde el corazón no hace falta ser ingenuo como muchos creen. Ser sensible no es ser débil, y querer ayudar a otros a levantarse no es dejar que nos tomen el pelo. En absoluto. Los que construyen su vida desde el corazón tienen muy claros los siguientes aspectos.

Marc Soriano
Coach ejecutivo, Formador

viernes, 7 de julio de 2017

Nuestro público: nosotros mismos

El modelo mental basado en agradar a los demás y de “gustar”, por encima de todas las cosas, y de nuestro propio criterio, nos lleva inexorablemente a no ser respetados, y esto funciona igual, tanto en el ámbito privado como en el profesional. Esto no implica que no debamos aceptar la crítica de los demás, incluso aunque nos la formulen desde la malquerencia, y así lo decía eruditamente Unamuno: “Toma consejo del enemigo”. Quizá el límite a esto, sea nunca ceder a nuestro criterio, alterando nuestra conducta y nuestro “hacer” por causa de juicios ligeros y críticas sistemáticas, provenientes del ambiente. Nuestro público somos nosotros mismos.


Seguramente, siendo niños hayamos escuchado alguna vez el cuento protagonizado por un anciano padre y su hijo. Ambos viajaban con un burro atravesando diversos pueblos, motivando muy distintos comentarios entre los paisanos:

Nos contaban que, al pasar por el primer pueblo, el padre montaba sobre el burro y el hijo caminaba a su lado. Los comentarios del público no se hicieron esperar: “¡Qué padre tan inmisericorde! ¡El pobre niño caminando y él encima del pollino, como si fuera un emperador!”

Al escuchar las malas lenguas, decidieron cambiarse antes de llegar al siguiente pueblo, de forma que ahora el padre caminaba y el hijo era quien montaba el asno. Pero, sin embargo, las críticas, ahora de otro público, no cesaron, únicamente cambiaron de signo: “¡Mira qué juventud tenemos hoy en día! ¡El anciano padre caminando, y el muchacho tan ágil, sentado a lomos de la bestia!”

Visto lo visto, pensaron que lo mejor sería montar los dos sobre el asno al pasar por el tercero de los pueblos. Pero las cosas así, no hicieron más que empeorar, y el tercer público decía: “¡Pobre burro! ¡Los que van montados en él demuestran ser más bestias que el desdichado animal!”

Finalmente el cuento terminaba con ambos, padre e hijo, aturdidos por tanta crítica, y tomando la última decisión: decidieron entrar al cuarto pueblo, ambos a pie, junto al burro. Pero, ni por esas cesaron las críticas…, y otra vez el público: “Pero, ¡qué tontos! ¿Para eso se han comprado un burro?, ¿para ir andando?”.

No son pocas las personas cuya principal fuente de insatisfacción y malestar radica en su necesidad de satisfacer al otro, a un público, real o imaginario, al que es imposible satisfacer. En resumidas cuentas se trata de un trastorno afectivo cuya principal característica es la necesidad constante de agradar.

Detrás de esta necesidad, a veces muy latente, subyace un miedo aterrador al rechazo, al abandono, o una imperiosa necesidad de sentirse aceptado, integrado o respaldado, y si bien, en muchos casos no puede hablarse de una patología clínica, con el tiempo si acaban produciendo desajustes y sufrimiento.

Carmen García Ribas, profesora de la Escuela Superior de Comercio Internacional, en su libro: “El síndrome de Maripili”, dice que esta actitud es más frecuente en las mujeres debido a cuestiones culturales, y afirma: “Las mujeres hemos confundido la identidad con la aceptación. Sólo nos permitimos SER cuando otro nos acepta. De ahí que las actitudes de las mujeres sean ejecutivas; es decir, nos disponemos a hacer bien, o muy bien, aquello que se nos encarga. Nuestra necesidad de complacer, de evitar el rechazo, nos lleva a realizar cuidadosamente aquello que otros nos piden. No está mal, si no fuera porque esta actitud mantenida a lo largo de toda nuestra vida profesional nos impide progresar en nuestra carrera”

Es de tener en cuenta que aquellos que ceden a su criterio a cambio de sentirse queridos, obtienen, insalvable y fatalmente, una doble frustración: en primer lugar no ejercitando su criterio hipotecan su felicidad; y en un segundo momento, la ansiada compensación de obtener la aprobación de los demás no se produce, ya que el objetivo de muchas críticas es la crítica en sí, e independiente de lo que se haga, siempre se produce.

Dionisio Contreras Casado Educador Social. Experto en Drogodependencias. Formador de Inteligencia Emocional.

Marc Soriano
Coach Ejecutivo, Formador

jueves, 6 de julio de 2017

Como fortalecer tu autocontrol

La fuerza de voluntad es como un músculo que debe ejercitarse; por ello, hay que practicarla a diario y enfocar tus energías. Del mismo modo, la disciplina es el mejor indicador del éxito en la vida y de lograr el autocontrol.



Lamentablemente, nuestra cantidad de auto-control es finita; nuestra reserva se va agotando a lo largo del día. Esto explica por qué las personas son más propensas a engañar o mentir conforme el día va progresando y por qué la mayoría de los crímenes violentos se cometen después de las 10 de la noche.
El autocontrol, un recurso poderoso increíblemente frágil

Los expertos señalan que si se controla los impulsos en una determinada hora del día, cuando se intente controlarlo más tarde será más difícil. Digamos que estás tratando de comer más saludablemente y sales a comer con tus amigos, tienes que extender tu energía tanto a ignorar la canasta de pan como a evitar pedir la hamburguesa.

Como un músculo, la fuerza de voluntad puede fortalecerse. Con la práctica y el entrenamiento de resistencia, nuestra habilidad para controlar nuestros impulsos para alcanzar mayores metas puede crecer, dándonos más energía para resistir.

En este sentido, te damos la formula cómo incrementar las reservas para lograr el autocontrol:

Monitorear el comportamiento.- Es difícil practicar el auto-control si no estás consciente de tus comportamientos y rutinas actuales. ¿Quieres perder peso? Primero debes definir qué comes diariamente. ¿Quieres una cuenta bancaria saludable? Debes entender tus hábitos de gastos primero.

Crear hábitos saludables .- Primero, ir al gimnasio requiere de auto-control. Podrías tener que batallar con la urgencia de sentarte en el sillón a ver la tele. Pero con el tiempo, conforme ir al gimnasio se vaya convirtiendo en un hábito, requerirá menos fuerza de voluntad. Se sentirá como algo automático.

Practicar todos los días .- Practicar el autocontrol en un aspecto de tu día (por ejemplo, resistiéndote a una hamburguesa) ayuda a fortalecer todo el músculo. Si se practica el autocontrol en cualquier dominio, me ayudará en los demás. Múltiples estudios han ilustrado que cuando ejercitas el autocontrol en un área de tu vida se puede incrementar la fuerza de voluntad en otra área, como por ejemplo, suprimir un comportamiento agresivo.

Controlar el ambiente.- Los supermercados están diseñados para jugar con nuestra fuerza de voluntad. Y es que colocan los productos en la caja por una razón. Saben que el cliente ha tomado muchas decisiones y saben que uno está cansado y que lo que necesita es comida chatarra. Claramente no puedes cambiar la distribución del supermercado, pero sí puedes cambiar el ambiente en casa y en la oficina. Requiere menos energía resistirse a una galleta si no la tienes en tu escritorio.

Hacer concesiones para evitar discutir con uno mismo .- Tomar decisiones puede ser muy agotador. Batallar contigo mismo para ir al gimnasio también. Por ello lo especialistas sugieren hacer concesiones con uno mismo, quitando el conflicto de las actividades difíciles. Si se llega a casa del trabajo, obligatoriamente uno puede hacer ejercicio por 10 minutos.

Alcanzar el balance.- Debido a que al día tenemos cierta cantidad de fuerza de voluntad, es importante que no la usemos toda demasiado temprano. En lugar de simplemente escribir tus obligaciones en el calendario, lístalos en términos del nivel de energía y de fuerza de voluntad que requieren.

Marc Soriano
Coach ejecutivo, Formador.

miércoles, 5 de julio de 2017

Cuando la motivación falla

¿Eres de esas personas que abandonan cuando creen perdida toda esperanza? Norman Vincent Peale dijo que “siempre es temprano para rendirse”. A veces, cuando todo parece fallar, en realidad todavía queda un rayo de esperanza. Incluso si la motivación falla, aun quedan oportunidades por aprovechar, pero tal vez no las veas.



Si observamos la historia de grandes personajes, vemos que no todos eran talentos naturales que probaron las mieles del éxito a las primeras de cambio. Steve Jobs sufrió fracasos y rechazos, Abraham Lincoln perdió varias elecciones antes de ser presidente, Henry Ford parecía poco más que un soñador cuando imaginaba sus vehículos circulando las calles, Vera Rubin no pudo estudiar en Harvard por ser mujer, y acabó siendo una de las astrónomas más reputadas del planeta…

“Ser un buen perdedor es aprender cómo ganar”

Podríamos nombrar decenas de ejemplos de seres humanos que nunca ser rindieron. Incluso cuando la motivación les fallaba, encontraron fuerzas en su interior para seguir adelante. A nosotros nos gustaría ofrecerte algunos trucos que creemos pueden ser útiles en tu mundo personal y profesional.

Trucos para la motivación personal

En tu entorno seguro que encuentras mucha gente interesada en motivarte. Tus seres queridos prefieren verte feliz y actúan en consecuencia. Tus jefes buscan sacar lo máximo de ti para que seas más eficiente en tu empresa.

De ahí que el documento Las claves de la automotivación, escrito por el coach y filósofo Pablo Maella, resulte especialmente atractivo. ¿Qué sucede cuando todo parece perdido? 
¿Podemos encontrar fuerzas para seguir adelante?


Maella ofrece algunas claves que debemos tener siempre en cuenta. Si no perdemos de vista una perspectiva siempre objetiva y positiva, encontraremos la senda para retomar la buena dirección. Por ello, es importante saber que…

Hay que aceptar la realidad

Ser realistas es básico para la motivación propia. Si esperamos demasiado de los demás, es probable que acabemos decepcionados. Sin embargo, con realismo y objetividad, adaptándonos a las circunstancias según la ocasión lo requiera, evitaremos la desmotivación en gran medida.

Hay que quejarse un poco menos

En ocasiones nos encontramos a nosotros mismos cabreados con el mundo. Nos quejamos de todo y por todo. Nos sentimos desgraciados y con mala fortuna. Finalmente, acabamos por dejarnos llevar y olvidamos nuestra valía, capacidad y proactividad.

Lógicamente, este es un error manifiesto. Así no se resuelve nada. De hecho, se empeora. En lugar de dejarnos llevar por el desaliento, ¿qué tal si trazamos un plan de acción realista y nos ponemos manos a la obra sin prisa pero sin pausa?

No se puede olvidar jamás la actitud positiva

Es normal caer en el desaliento a veces. Sin embargo, por más que cueste, la actitud positiva no se puede perder nunca. La propia naturaleza es una gran maestra en este sentido, pues después de toda tormenta, llega la calma. Así que mejor no dejar de lado el buen humor. Aunque cueste y en ocasiones sea harto complejo, nuestra forma de actuar ante las circunstancias adversas darán buena medida del resultado final.

No confundir positivismo con ingenuidad

A colación del punto anterior, conviene aclarar que no merece la pena confundir una actitud positiva con la ingenuidad. Hay que ser realistas en todo momento y no perder una perspectiva objetiva. Por ello es necesario que las metas y fines sean realizables. De lo contrario, todo buen humor y ánimo acabarán por desaparecer.

Da sentido a lo que haces

¿Crees que cuanto pones en marcha no sirve para nada? En ese caso no podrás ni levantarte cada mañana. Sin embargo, si cada paso que das tiene una finalidad, seguro que encuentras el sentido de tus planes. Cada tarea que emprendes, por insignificante que parezca, tiene una trascendencia, no lo olvides.

Jamás olvides la proactividad

Si caes en la indolencia, te conviertes en un mero espectador de tu vida. Por ello hemos de ser proactivos. Hay que coger las riendas y ser los protagonistas de cada una de nuestras películas personales. No dejes que los demás tomen las decisiones que son tuyas.

La perseverancia es básica

Para estar motivados, ilusionados, proactivos, positivos, etc., es básico ser muy perseverantes. No hay que rendirse ante la primera adversidad. Por ello hay que buscar herramientas que sirvan para seguir. Y si falla una, buscar otra. Así que si notas que te fallan las fuerzas, localiza en tu interior tu capacidad para esforzarte, ser responsable, constante, etc. No dejes que nada ni nadie te detenga y persevera en tus metas.

“La fortuna favorece al valiente”

A veces todo parece fallar. Nuestro mundo se vuelve un castillo de naipes batido por el viento. Pero aunque la motivación decaiga, tenemos decenas de herramientas a nuestro alcance para no desfallecer. Usarlas es signo de inteligencia, constancia y perseverancia, no lo dudes.

Marc Soriano
Coach Ejecutivo, Formador.

martes, 4 de julio de 2017

El niño el hombre y la estrella de mar.

Son muchos los estudios en los que ha tratado de establecerse cuál es el rasgo común a los grandes hombres y mujeres que han inspirado a la humanidad. Todo parece indicar que la virtud más decisiva es la perseverancia. Muchos de los grandes logros son una inspiradora lección de tenacidad y lucha contra las adversidades.


La perseverancia es una virtud compleja, casi un don. Cuando es auténtica, alimenta a la tenacidad y a la voluntad frente a dificultades y obstáculos. Para poder mantener esa voluntad férrea frente a las adversidades es necesario saber qué se quiere, a dónde se desea llegar y por qué. De forma habitual, esto es el resultado de un proceso de reflexión y forjado del carácter.

“El arte de vencer las grandes dificultades se estudia y adquiere con la costumbre de afrontar las pequeñas”.

Se equivocan los que piensan que las grandes hazañas toman forma desde un comienzo. Por lo general, todo empieza con una pequeña semilla que se va regando, se va extendiendo y llega un punto en que toma su propio camino de crecimiento. Precisamente la leyenda del niño y la estrella de mar explica, de una forma sencilla, de qué se trata todo esto.

Una leyenda inspiradora y realista

Había una vez un hombre que vivía cerca de la playa. Todos los días se despertaba y lo primero que hacía era dar un paseo por la arena. Un día cualquiera se quedó muy sorprendido por lo que encontró en su escapada matutina. Había cientos de estrellas de mar tiradas por toda la costa. Era muy extraño. Quizás el mal tiempo o los vientos de noviembre eran los responsables de ese fenómeno.

El hombre lamentó la situación. Sabía que las estrellas de mar no podían vivir más de cinco minutos fuera del agua. Todas esas criaturas morirían en poco tiempo, si es que no estaban ya muertas cuando él pasó a su lado. “¡Qué triste!”, pensó. Sin embargo, a su mente no llegó ninguna idea inspiradora.

Al avanzar un poco vio a un niño que estaba corriendo de un lado a otro en la arena. Se veía agitado y sudoroso. “¿Qué estás haciendo?”, le preguntó el hombre. “Estoy devolviendo las estrellas al mar”, respondió el niño, que se veía ya cansado.

El hombre pensó un momento. Le pareció absurdo lo que el niño hacía. No resistió las ganas de decir lo que pensaba. “Lo que haces es inútil. He camino un largo trecho y hay miles de estrellas. No tiene sentido lo que haces”, señaló. El niño, que tenía en sus manos una estrella de mar, le respondió: “¡Ah! ¡Vaya que sí tiene sentido para esta!”

Pequeñas acciones, grandes hazañas

La inspiradora leyenda del niño y la estrella de mar nos muestra el valor de las acciones pequeñas. A veces no logramos ver el valor de los actos modestos. Esto sucede porque no estamos orientando nuestro comportamiento hacia los valores, sino hacia los resultados. Es como si viéramos el mundo en términos de cantidad y tamaño, pero no de significado y esencia.

Toda gran hazaña comienza por actos pequeños, igual que raro es el camino que comienza con zancadas largas. De hecho, los comienzos suelen ser duros y costosos y de manera que quien no aprende a darle significado a una flor, difícilmente le encontrará sentido a la naturaleza.

Asimismo, quien pasa por alto el valor de un pequeño sacrificio, difícilmente va a construir un sentido para el esfuerzo. El carácter suele fortalecerse a partir de pequeñas restricciones, de discretas disciplinas. El primer gran obstáculo para los grandes sueños, son los pequeños escepticismos de quienes te rodean. Otorgarle significado a lo pequeño es una forma inspiradora de vivir.

La perseverancia es, sobre todo, descendiente de los valores. Se necesita tener una gran convicción para resistir a las dificultades y los tropiezos que siempre se hacen presentes cuando te fijas un objetivo valioso. Lo peor es que muchas veces nos dejamos invadir por un pensamiento totalitario. Es ese que te dice que si no hay “todo”, entonces hay “nada”. A su vez, este esquema mental es un veneno para la motivación.

Si ligas tus grandes sueños y aspiraciones a los valores humanos, te será mucho más fácil encontrar la fuerza que necesitas para seguir adelante. En cambio, si te concentras solo en los resultados inmediatos, es probable que la frustración se haga tu sombra. Las grandes catedrales se construyen piedra a piedra. La inspiradora leyenda del niño y las estrellas de mar nos dice que lo pequeño sí tiene sentido y lo cierto es que vale la pena que aprendamos a verlo así.

Marc Soriano
Coach Ejecutivo

lunes, 3 de julio de 2017

¿Qué podemos aprender de los lobos?


Los lobos son animales extraordinarios, que desde siempre han despertado la curiosidad y la admiración de los humanos. Hay muchos mitos y leyendas de diferentes pueblos que aluden a ellos. De hecho, en algunas culturas indígenas norteamericanas en el comienzo fue el lobo. Su mito de la creación dice que los seres humanos vivían bajo la tierra y fueron los lobos los que lo sacaron de ahí. Después los hombres los expulsaron.

Pocos animales tienen un comportamiento tan interesante como el de los lobos. Aúllan bajo la luna, aparentemente sin explicación, y son capaces de transitar enormes extensiones de tierra completamente solos. Pero siempre vuelven a su manada. Son solidarios y fieros a la vez. Son cautos y audaces. Tienen costumbres muy arraigadas y de todas ellas emana un aura de dignidad.

“El lobo es nuestro poder y nuestra fuerza, muchacho. La licantropía no es una maldición, sino un don”.

Los seres humanos tenemos una gran afinidad con esta especie. De hecho, puede decirse que los perros son lobos que han permitido que los domestiquen. Su lealtad, su alegría y su capacidad de dar amor son algo que nos conmueve. También esto lo han heredado de los lobos llamados “salvajes”, que, sin embargo, son muy evolucionados.

Los lobos que encabezan el viaje de la manada

Al frente de la manada siempre van unos cuantos lobos. A diferencia de los humanos, quienes los guían a todos son los más ancianos y los enfermos. ¿Por qué hacen esto? Simplemente porque la manada valora los conocimientos y la experiencia que ellos tienen. Tenerlos al frente es una manera de cuidarlos, de protegerlos y de aprovechar su sabiduría.


Los demás lobos de la manada siguen a sus mayores y acatan todas sus indicaciones. Los ancianos y enfermos van adelante porque si fueran atrás, posiblemente se rezagarían y terminarían apartados de la manada. Todos caminan al ritmo de los que se mueven con mayor dificultad.

En la segunda línea van los lobos más fuertes. En el centro del grupo van los demás lobos. Al final, en solitario, va el Macho Alfa. Este controla el avance de la manada y decide la dirección desde allí. No va al frente, sino que es el último. Precisamente esa figura del Macho Alfa en los lobos es una de la cual muchos “machos” de nuestra cultura podrían aprender.

Los lobos y el Macho Alfa

El Macho Alfa en los lobos no es un individuo autoritario y agresivo al que todos temen. Por el contrario, se trata del ejemplar más completo y el que le proporciona seguridad a toda la manada. No lo temen, sino que es su modelo a seguir.


Los Machos Alfa son excelentes padres. Protegen a las hembras y a los cachorros de una manera decidida, todo el tiempo. También consiguen comida y la llevan a los pequeños durante todo el año, no solamente durante las primeras fases de la cría.

Su paternidad no se limita a cazar y llevar la comida. Los Machos Alfa también juegan con los cachorros y son muy amorosos con estos. También admiten la existencia de matriarcas, o hembras que ejercen gran influencia sobre el grupo. Muchas veces les dejan las decisiones del rumbo a seguir o cuándo descansar.

Las múltiples enseñanzas de los lobos

Hay nueve principios inspirados en el comportamiento de los lobos, que todos los seres humanos deberíamos aprender. Hablan de orden, de cohesión con el grupo y de nobleza. Son los siguientes:


.- El respeto por los ancianos, del cual ya hablamos.
.- La labor de guía de los mayores. Los ancianos toman muy en serio su papel de guiar a los más jóvenes, ayudarlos a crecer y protegerlos.
.- Cooperación con el clan. En esta especie pueden haber individuos solitarios, pero siempre tienen a su manada como referente, como principio y fin, saben que forman parte de un grupo.
.- El juego. Los lobos son juguetones. A la hora de jugar desaparecen las jerarquías y los más adultos disfrutan de divertirse con los cachorros.
.- La austeridad. Los lobos solo cazan cuando es necesario y no consumen más de lo que necesitan.
.- El valor de la pausa. Estos animales siempre toman un momento para la pausa durante sus travesías.
.- Dar afecto. La propia forma de organización de esta especie implica unos lazos de afecto muy fuertes entre los miembros de la manada.
.- Expresar, decir, mostrar. Los lobos aúllan por diferentes razones. Es una forma de expresar y lo hacen sin inhibiciones, ni excusas.
.- La adaptación a toda prueba. Estos animales son unos verdaderos sobrevivientes. Se adaptan, resisten en los lugares más inhóspitos y luchan por vivir.

A veces los seres humanos somos soberbios y pensamos que somos el producto más acabado de la evolución. Sin embargo, tenemos primos y hermanos biológicos, de los que podríamos aprender mucho. Volver a encontrarnos con ese lobo que también llevamos dentro puede ser un camino para ser más humanos.

Marc Soriano
Coach Ejecutivo