Asediados por el día a día, muchas veces es recomendable darse un
momento para pensar y ver que es lo que estamos haciendo mal. Pronto, es
probable que lleguemos a la conclusión de que estamos cargando hábitos no muy
saludables en nuestras actividades, que reducen significativamente nuestra
productividad en el trabajo.
Conozcamos diez de esos hábitos que debemos ir corrigiendo uno a uno, para que al final podamos disfrutar de una mejor vida y tengamos un extraordinario desempeño en nuestras actividades.
1. Permitir distracciones
Dejar nuestro correo abierto con notificaciones activadas, el
celular con el volumen alto, alguna notificación de nuestras redes sociales,
sólo son algunas de las interrupciones que encontraremos cada día.
El que estén ahí no significa que no las podemos evitar, y eso es lo más recomendable que podemos hacer. Desactivemos notificaciones, apaguemos el celular cuando sea necesario y avisemos que no deseamos ser molestados.
El que estén ahí no significa que no las podemos evitar, y eso es lo más recomendable que podemos hacer. Desactivemos notificaciones, apaguemos el celular cuando sea necesario y avisemos que no deseamos ser molestados.
2. No fijar nuestros objetivos o fijar demasiados
El no empezar y terminar el día sin un objetivo claro para
nuestras actividades es un signo seguro de que ya hemos llegado, pero a ningún
sitio. Al no tener un rumbo definido por nosotros mismos y que persiga nuestros
objetivos, podemos llegar a un lugar muy diferente al que deberíamos de estar.
Del mismo modo, querer fijar muchos objetivos y atacarlos a la
vez, sirve de poco o nada. Ya que perdemos el rumbo al ver que son demasiados.
3. Procrastinar
Este es quizás uno de los mayores retos que toda persona en su
búsqueda de ser más productivos encontrará y notará.
¿Has estado realizando un informe o actividad y te sientes tentado a ver tus redes sociales? ¿Tienes algún tema pendiente para la próxima semana y lo haces el día antes de la presentación? Si te suena familiar, es normal. La procrastinación muchas veces ayuda a desconectarnos durante unos minutos para luego retomar el flujo normal de nuestras actividades, lo que no es recomendable es tomarse esa “desconexión” muy a menudo, aplazando actividades importantes para después.
¿Has estado realizando un informe o actividad y te sientes tentado a ver tus redes sociales? ¿Tienes algún tema pendiente para la próxima semana y lo haces el día antes de la presentación? Si te suena familiar, es normal. La procrastinación muchas veces ayuda a desconectarnos durante unos minutos para luego retomar el flujo normal de nuestras actividades, lo que no es recomendable es tomarse esa “desconexión” muy a menudo, aplazando actividades importantes para después.
4. Una vida desorganizada
Consecuencia de la procrastinación, muchas veces podemos llegar a
tener una vida desorganizada. Pasar mucho tiempo mirando televisión, comer
mientras trabajamos en el ordenador o saltarnos esas comidas, son sólo algunas
de las actividades que reflejan el desorden en nuestra vida.
5. No controlar los gastos
Si no llegamos a controlar nuestros gastos, es probable que estemos acortando nuestras
posibilidades de una vida mejor. Sin ese correcto control, incluso podríamos
llegar a tener que trabajar más horas, afectando claramente nuestra
productividad.
6. No gestionar nuestras tareas, ni nuestro día
Al igual que fijar nuestros objetivos es uno de los hábitos más
improductivos, también lo es el no gestionar nuestro día. El no gestionar
nuestras tareas puede hacer que veamos nuestro trabajo como inalcanzable,
incluso nos perdernos entre lo que es importante y lo que no, olvidando
proyectos que necesitan de nuestra mayor atención.
7. Multitarea, micromanagement y no saber delegar
Tiempos atrás quedaron en donde ser Multitarea era
sinónimo de mayor efectividad y productividad en una persona. Lo cierto es que
no podemos concentrarnos en más de una cosa a la vez, siempre uno de ellos va
tener mayor peso, por lo tanto el otro será deficiente y no es recomendable
seguir esta práctica.
Por otro lado, el no saber delegar tareas y hacerlo todo nosotros
mismo es otro de los hábitos que pueden estar afectando nuestra productividad.
Es tan sencillo como delegar alguna acción y seguir con las nuestras.
8. Consumir demasiada información
El vivir en la era de la información no es excusa para
tener cientos de correos sin leer en nuestra bandeja, quizás muchas de ellas
suscripciones a páginas que poco aportan a nuestro flujo normal de trabajo.
Tampoco lo es el revisar constantemente páginas de noticias o redes sociales.
Cortemos con todo eso, y enfoquemonos en lo que realmente importa.
9. Ignorar las ventajas de las nuevas tecnologías
Antes era normal el uso de una libreta de papel para gestionar
nuestras tareas. Hoy en día y a pesar de que muchos encuentran todavía útil el
uso de una herramienta como esa, lo cierto es que podemos hacer uso de un
número muy extenso de herramientas tecnológicas que ayudarán significativamente
a mejorar nuestra productividad.
El uso de este tipo de herramientas van desde la conectividad desde cualquier lugar a través de internet, permitir una mayor colaboración y cualquier otra cosa posible en beneficio de nuestras actividades.
El uso de este tipo de herramientas van desde la conectividad desde cualquier lugar a través de internet, permitir una mayor colaboración y cualquier otra cosa posible en beneficio de nuestras actividades.
10. No admitir ni aprender de tus errores
Ahora que hemos identificado alguno de nuestros hábitos más
improductivos, es momento de pensar bien las cosas y cambiarlas. Todo esto con
el fin de ser más productivos en lo que hacemos y disfrutar de una mejor vida.
Marc Soriano
Coach ejecutivo. Consultoría empresarial.Marc Soriano