lunes, 10 de diciembre de 2018

La trampa para ratones

Si las fábulas nos ayudan a transformar nuestros pensamientos y nuestra realidad, es bueno reflexionar que a veces la indiferencia hacia los demás no es el mejor camino para lograr el beneficio para todos. De eso se trata la fábula “La trampa para ratones”.



Érase una vez que un ratón vivía escondido en un agujero en la pared de una granja. Un día, mientras se asomaba hacia la cocina, vio como el granjero y su esposa guardaban los artículos que acababan de comprar. El ratón se dio cuenta que algo iba mal : habían comprado una trampa para ratones.

Muy temeroso se metió a su escondite para rápidamente avisar a los animales de la granja, pero lo tomaron con gran indiferencia. “Han comprado una trampa para ratones”, le contó a la gallina. El ave se rió. “Lo siento por ti, amigo ratón, pero a mi eso no me preocupa”.

Entonces el roedor acudió al cerdo. “Tienen una trampa para ratones”. Y el cerdo le dijo: “tienes mala suerte, rezaré para que no te pase nada”, pero tampoco le hizo más caso. Luego el roedor fue a ver a la vaca, y esa tampoco se inmutó por la noticia: “pequeño ratón, soy una vaca, no tengo nada que temer de una trampa para ratones”.

El ratón regresó muy triste a su escondrijo pensando que él solo tenía que enfrentarse a los peligros de la trampa. Así que durante la noche, se activó la trampa causando un gran ruido que despertó a la mujer del granjero pero no se percató que lo que la había atrapado era la cola de una serpiente venenosa que mordió a la granjera al intentar coger la trampa.

El granjero la llevó inmediatamente a la mujer al hospital donde tuvo una pequeña fiebre y pensó que el mejor remedio era un buen caldo de gallina, así que mató al ave. Pero su esposa no mejoraba por lo que los amigos de la pareja iban a visitarla por lo que el granjero tuvo que matar al cerdo para dar de comer a los visitantes.

Finalmente su esposa murió, y tantas personas fueron al funeral que al pobre hombre no le quedó más remedio que sacrificar a la vaca para poder tener carne suficiente para las comidas.

Reflexión

Hay veces que uno piensa que hay ciertos eventos que son indiferentes y que no les damos la mayor importancia. Pero ya vivimos en un mundo globalizado donde ya todos estamos relacionados por vínculos a veces invisibles.

Y es que si uno está en peligro, todos lo están. Por ello la solidaridad y la ayuda mútua son el mejor antídoto para enfrentar los obstáculos. Recuerda solamente aquella frase : hoy por ti, mañana por mí.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

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