Tipos de personas
tóxicas en la empresa que no deberían estar ni un minuto más del necesario.
Existen muchos tipos de personas y personalidades
en las empresas. No existe el trabajador perfecto, y por tanto, una empresa
se convierte en variados conjuntos de habilidades y defectos personales
trabajando juntos.
El problema en la
empresa (a diferencia del matrimonio) es que no es cosa de 2 personas, sino en
ocasiones de cientos de personas, y por tanto, es muy probable que tengamos
como compañero algún tipo de perfil de los que vamos a nombrar.
Finalmente,
tanto si en la empresa trabajan 7 empleados como si lo hacen 5.000, se acaban
dividiendo en 2: los que van a
tener éxito y los que no, los que hacen un buen trabajo y los que no, los
que sirven y los que no.... nos centramos en los que encabezan la segunda parte
del grupo: los que no deben estar en la empresa.
1. Los pensadores grupales.
Si alguna vez has
llegado nuevo a una empresa y has visto un grupo de empleados que suelen ser
siempre los mismos, quejándose de las mismas cosas y todos los días con la
misma canción, en principio no es nada malo, salvo que observes que sus
críticas nunca llegan a la dirección de la empresa.
Pensar está bien y las
críticas constructivas también. Si un grupo de personas no está contento con
algo, la función de un CEO es escuchar al grupo e intentar hacer que los
empleados se sientan motivados y
felices en la empresa. El caso es que la idea de este grupo no es mejorar la
empresa, sino contagiar día tras día a todo empleado que se ponga en su radar.
El problema para un
empleado nuevo que tiene que lidiar con este grupo es que si los rechaza se
puede sentir marginado. Pero si se une a ellos y se involucra... se convertirá
en otro idiota más.
2. El que teme ser despedido.
Aunque hoy día
prácticamente todos tengan miedo de perder su trabajo por las constantes
noticias y situación económica, no nos referimos a ese tipo de miedo. Nos
referimos a esa persona temerosa a ser despedida porque es consciente de que no
es apta para su trabajo y tiene una enorme inseguridad.
Pensarás que es difícil
de reconocer a esta persona, pero no. Lo cierto es que es muy fácil. Su temor a
ser despedido por incompetente le obliga a señalar a compañeros cuando algo no
sale bien, culpar a cualquiera para ponerse a salvo, así como hacer
constantemente la pelota al jefe.
Esta persona sabe que no
va a ganar méritos o medallas por sus habilidades, así que intentará ganar
visibilidad intentando derribar a todo el mundo. Este tipo de empleado, puede
llegar a ser un cáncer en la empresa.
3. El perdedor.
Este tipo de persona
tiene una mentalidad perdedora por naturaleza, aunque la buena noticia es que
tiene tratamiento. Cada vez que un compañero tiene éxito en algo, como puede
ser 5 meses consecutivos como mejor vendedor, un ascenso al sacar un proyecto
adelante, etc... esta persona jamás pensará que te lo has ganado por méritos
propios. O bien es producto de la suerte, o bien es porque siempre ha tenido
suerte.
Jamás reconocerá que esa
persona se ha ganado algo porque es mejor que él. Y sí, algunos pensarán que
las empresas están llenas de ascensos a quien menos se merece, ocupan puestos
de dirección sobrinos o primos de un jefe de sección, etc... totalmente cierto.
Pero es que la persona a
la que definimos como perdedor es esa persona que en lugar de admirar y
aprender, prefiere consolarse pensando que ha sido suerte, y por tanto nunca
aprende. Ejemplos:
·
Es que Amancio Ortega fabrica en India. Así cualquiera se hace millonario.
·
Claro, si yo hubiera nacido en Wall Street, también sería como
Warren Buffett...
·
... Steve Jobs tuvo suerte. Si no le llega a caer el iPhone del
árbol, nunca lo hubiera inventado..
4. El chismoso.
Hay dos tipos de
chismes: el chisme inofensivo,
que es muy común y que casi todo el mundo lo practica al ser curiosos por
naturaleza, y luego está el chisme malicioso, que suele venir de una persona
chismosa con toda la maldad posible, o lo que es peor, de una persona que es
chismosa mentirosa por naturaleza y no es consciente del daño que hace por el
simple hecho de llamar la atención.
El chismoso malicioso,
por regla general dice que has dicho palabras que realmente no has dicho o
están sacadas de contexto. Otras veces, sencillamente nadie ha dicho nada. Este
tipo de persona es tóxica, dañina y cada minuto que esté en la empresa aumenta
las probabilidades de crear graves problemas, pues puede llegar a crear rumores
insólitos, como que "fulanito" se ha acostado con
"fulanita", estando ambos "fulanitos" casados, y con
posibilidad de que el chisme se extienda fuera de la empresa (que se suele
extender). Y lo que es aún peor, que por algún motivo, el chismoso diga que tú
has dicho que lo has visto. Entonces estás jodido.
5. El que piensa con la bragueta.
Si bien muchas empresas
no tienen definidas las políticas de relaciones sentimentales formales en la
empresa, con respecto a los "rollos" esporádicos sí que parecen estar
de acuerdo en que no los toleran dentro del negocio.
A algunos jefes no les
gusta este tipo de personas porque piensan que se distraen más fácilmente.
Otros lo tienen más claro, y es que este personaje que "caza cualquier
presa que se deje cazar", es un problema tanto para la presa que acepta
como para la que no acepta, además de, como es evidente, suele distraerse con
mayor frecuencia.
6. El psicópata.
Hace tiempo
explicábamos, a raíz del estudio
de Babiak, cómo identificar personalidades con tendencias
psicópatas, ya que según el autor, la mayoría de los psicópatas no están en
manicomios o en la cárcel, sino dirigiendo empresas.
El perfil del psicópata
quizás sea más fácil encontrarlo dentro de un puesto de mando intermedio,
aunque también podríamos encontrarlo en un compañero que intenta pisarte para
escalar. De una forma o de otra, es un tipo de personalidad que debemos evitar
en la empresa.
7. El mal jefe.
Si como empresario que no tratas con trabajadores dejas
entrar a un mal jefe, te has cargado la empresa.
"Ojo con contratar a la
persona equivocada en la "cima" de la empresa, pues puede destruir en
muy poco tiempo todo lo construido."
En ocasiones, el
trabajador más tóxico en la empresa es el propio jefe, y que por algún motivo
goza de la confianza del dueño de la empresa o sus superiores, los cuales no
saben lo que está ocurriendo en la empresa.
Un mal jefe puede
desmotivar a todos los trabajadores e incluso despedir a una persona que aporte
ideas al considerar que está a disgusto con las ideas actuales. Este sí es el
trabajador tóxico más difícil de detectar, ya que algunas empresas tienen un
sistema muy similar al ejército, donde no está bien visto saltarse los rangos
de autoridad.
¿Conoces a algún otro tipo de personalidad tóxica en la
empresa que crees merece el honor de estar en esta lista?
Marc Soriano
Coach ejecutivo.
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