La
visión del auténtico líder es hacer algo grande, algo que perdure, algo que le
sobreviva,
que trascienda al propio líder.
La
visión del líder no se limita a buscar objetivos en el corto plazo, ni tampoco
a buscar el bien de la empresa tan sólo durante el tiempo que él esté al
frente.
El
líder quiere dejar huella, contribuir a algo útil y perdurable que beneficie a
la empresa, a los empleados y a la sociedad en general.
Este
deseo del líder puede responder a diversos motivos:
Necesidad
de satisfacer su ego. Si ésta fuera la única razón respondería a una concepción
del liderazgo muy pobre y limitada.
Convencimiento
de que debe aprovechar sus capacidades para contribuir (poner su grano de arena)
a mejorar de la calidad de vida de la gente que le rodea.
Para
alcanzar este objetivo el líder debe:
Preocuparse
por crear una cultura y un sistema de trabajo dentro de la organización que le
sobreviva. Para ello tiene que conseguir que su forma de trabajar, su búsqueda
de la excelencia, vaya calando en todos los niveles.
Además,
tiene que preocuparse por ir formando nuevos líderes para que, llegado el momento,
puedan tomar las riendas de la empresa.
Por
otra parte, el líder debe saber cuando conviene retirarse y dar paso a gente
nueva.
Cuando
su empuje y capacidades vayan disminuyendo, cuando haya personas que vengan por
detrás empujando fuerte, con nuevas ideas, con nuevos bríos, el líder debe
saber apartarse y dejar que sean otros quienes tomen el timón.
El líder no debe esperar a que comiencen a oírse las primeras voces pidiendo su sustitución.
El líder debe ser consciente de que su posición al frente de la empresa es tan sólo temporal y que se mantendrá únicamente mientras que sea la persona que más "empuje".
Un líder que no acepta renunciar, que se aferra a su puesto, puede terminar dañando gravemente la organización.
F & M´s
Coach ejecutivo. Consultoría empresarial.
Coach ejecutivo. Consultoría empresarial.
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