Para crear un buen equipo de trabajo.
Eres el responsable de un área de trabajo y contigo un grupo de
personas con sus fortalezas y debilidades. Tú vas a currar como nadie, pero tu
éxito profesional dependerá de cómo curre tu equipo de trabajo en la suma de
sinergias que deben cumplirse en todo equipo profesional.
No es un buen director de equipo quien más trabaja, sino aquel que
hace que su equipo sea un único remo en la apuesta profesional establecida.
Para conseguirlo se necesita suerte y trabajo, pero también un poco de
psicología, entusiasmo y voluntad.
La suma de todo, consigue la fórmula del éxito.
Análisis del equipo
Antes que nada, debemos conocer al equipo, si ya nos lo hemos
encontrado formado. Veamos la existencia de buen ambiente, tensiones, envidias
o críticas. Busquemos las raíces, si existieran y conozcamos individualmente a
cada componente. Conociendo sus fortalezas y debilidades, siempre será más
fácil conseguir aumentar sus aspectos positivos, minorando los negativos.
Conozcamos su estilo de trabajar y sus procedimientos. Analicemos
sus comportamientos comunes y busquemos, en nosotros mismos, nuestras mejores
fortalezas y momentos para revitalizar el entusiasmo y motivación necesaria, a
un equipo de trabajo que puede estar pasándolo mal.
Busquemos la mejor fórmula para comunicar, confiar, rendir cuentas
y reconocer a cada uno de los
componentes en la medida adecuada a su esfuerzo y dedicación.
La fórmula mágica.
La fórmula mágica del éxito en un equipo de colaboradores es
básica. Solo debe existir: reconocimiento,
un trabajo vivo y motivación.
Reconocimiento. El ser humano basa sus
relaciones en el afecto. Una persona que se interesa por el compañero tiene la
virtud de sentirse cerca de todos, de hacer sentir que los demás importan. Que
sus problemas y su día a día, también trascienden al resto, con sus alegrías e
infortunios.
Nuestro equipo de profesionales no son aquellos que trabajan para
nosotros, sino aquellos con los que conseguimos nuestros éxitos, sin ellos poco
o nada podemos hacer y ellos son muy importantes para todos. Hagámosle saber
que también son importantes para el líder del equipo.
Un trabajo vivo. No es necesario
trabajar la jornada diaria continua. Cada día es diferente y surgen nuevas
motivaciones y problemas. Hagamos partícipes al equipo de los aspectos
positivos y negativos que surgen en el trabajo diario, en la fórmula de buscar
soluciones comunes.
Hacemos sentir al equipo de trabajo: importantes y útiles
participando en la búsqueda de soluciones a los problemas, aportando sus
sugerencias y sus ideas. Todas son defendibles, algunas mejorables y otras
adaptables. Busquemos entre todos la mayor riqueza al equipo de trabajo, para
que este sea más productivo e íntegro en su quehacer diario.
Motivación o la lucha contra la monotonía.
Qué bonito es creer que somos los mejores, pero qué hacemos para ser los
mejores.
Lo primero es motivación. Buscar las razones para seguir siendo
los mejores o si no, las mejores formas para alcanzar ser los mejores. Luchar y
trabajar con la ilusión de cada día es el mejor camino para llegar más
lejos y… lo reconocemos, que los esfuerzos no caen en saco roto, sino que somos
conscientes que nos levantamos con ilusión, que trabajamos motivados y que
conseguimos lo que nos proponemos.
¿Estamos de acuerdo?
Marc Soriano
Coach ejecutivo.
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