viernes, 28 de agosto de 2015

Ojos que no ven, Corazón que no siente

El engaño y la mentira viven con nosotros. La política, el deporte, la economía, la empresa y el trabajo, y cualquier ámbito de nuestra sociedad, tienen en la mentira, un elemento de interacción social.
Quizá una de las mentiras más frecuente, es la que uno practica sobre sí mismo, es decir el autoengaño, y esta mentira proferida sobre uno mismo, la encontramos más a menudo de lo que la detectamos. Evitar acudir al médico, no enfrentarse a preguntar a un ser querido algo de lo que se teme la respuesta, eludir conflictos, o no poner fin a una relación insatisfactoria, son formas habituales que toma el autoengaño en la vida cotidiana. En el mundo de la empresa y las organizaciones, en figuras como los directivos, aunque no exclusivamente, el autoengaño se disfraza de una recalcitrante incapacidad para reconocer errores, arrogancia, ansia de poder, rechazo a las críticas, narcisismo y autoadoración, jactancia y burla ante los fallos de los demás, o una constante necesidad de parecer perfecto. Si la mentira tiene un objetivo y es en la mayoría de las ocasiones, un acto consciente, el autoengaño es inconsciente, y no tiene otro objetivo que, intentar evitar enfrentarse a una realidad no distorsionada por una percepción “tramposa”.
Un estudio sobre psicología de las organizaciones y del trabajo, de 2001 (Ellingson, Smith y Sackett) revela que en los cuestionarios o encuestas realizadas, se da por parte de los “preguntados” una distorsión de la respuesta, involuntaria, automática e inconsciente. Los autoengañados tienden a describirse a sí mismos de modo favorable y positivo, y aunque pueda parecer increíble, lo hacen honestamente, ya que ellos lo creen así, a pie juntillas.
De alguna manera, convencerse a uno mismo de que todo va bien, de que no hay nada a lo que enfrentarse, de que no hay nada que cambiar, evita tener que hacer autocrítica, enfrentarse a tomar decisiones, tener que asumir la verdad, o arriesgarse a escuchar lo que uno no quiere escuchar.
La mediocre filosofía del “ojos que no ven, corazón que no siente”, nos convierte en víctimas del autoengaño, únicamente nos conduce a la inconsciencia, y lo peor de todo, es que no evita las consecuencias de lo que se quiere eludir, al contrario, muchas veces, las agrava, y dificulta enormemente la voluntad personal.
Muchos trastornos psicológicos tienen como implicado y agravante, cierto grado de autoengaño, y así una persona alcohólica ignorará su temor a enfrentarse a sus problemas, mientras destruye su hígado bebiendo sin ser realmente consciente de lo que le conduce a beber; o un muchacho o muchacha anoréxica, raramente reconocerá su miedo a sentirse juzgada por su cuerpo, mientras combate contra el, una batalla que le puede costar la vida. Consecuencias del autoengaño, que finalmente consigue ocultar a los ojos de quien lo padece, el verdadero problema al que se enfrenta.
Los historiadores Hugh Trevor-Roper y Ian Kershaw, cuentan como Adolf Hitler, hasta su suicidio, psicológicamente fue huyendo progresivamente de la realidad, tras una demente necesidad de autoengañarse y únicamente recibir noticias propicias y optimistas, hasta el extremo de creer que sus derrotas eran victorias, y así esperaba una victoria final: “cuando los tanques del mariscal soviético Zhukov estaban ya a pocos kilómetros de la puerta de Brandenburgo, Hitler repetía a gritos ante su Estado Mayor, dentro de su refugio subterráneo, que los rusos sufrirían una sangrienta derrota ante las puertas de Berlín”. Y es que, a menudo, el que se autoengaña termina por desorientarse, y pierde la perspectiva del problema original. Tras llevar mucho tiempo no queriendo mirar la verdadera naturaleza de su problema, termina por no tener ninguna capacidad de enfrentarse a sus conflictos, cronifica su malestar psicológico, mientras intenta creerse lo que repite: “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Evidentemente podemos concluir que, si uno no se enfrenta a los aspectos molestos (porque decide cerrar los ojos para no ver) que le preocupan, y basa su estrategia en la evitación vital, el problema que afecta a su vida nunca será vencido. Otra cara del autoengaño es negarse a ver que hay cosas que no se pueden cambiar, y en este caso el modo de enfrentarse a estas situaciones, pasa por algo tan difícil como la aceptación. Dos caras de la misma moneda: eludir la verdad o negarse a aceptarla, y siempre el mismo resultado: inflingirse daño a uno mismo, y a los demás.
Marc Soriano
Coach ejecutivo

miércoles, 26 de agosto de 2015

Risueño y próspero

Es evidente que el humor y la risa, han pasado de ser consideradas actitudes propias de bufones, payasos y personas de “baja” condición social, a ser actitudes exclusivamente propias del hombre, y demostrativas de la grandeza y la superioridad del ser humano sobre lo que sucede a su alrededor. Quizá a ello haya contribuido la ciencia, que ha comprobado como reírse a carcajadas y sinceramente, aporta beneficios tales como: eliminación del estrés, colesterol, ansiedad, insomnio, problemas cardiovasculares y respiratorios, y un largo etcétera. Y es que al reírnos, lo que estamos haciendo es liberar una gran cantidad de endorfinas, llamadas “hormonas de la felicidad”, pequeñas proteínas que actúan como neurotransmisores producidos por el propio organismo y cuya función principal es inhibir el dolor, de ahí que sean considerados analgésicos endógenos. En esta línea, no son pocos los científicos reputados que afirman que uno puede zafarse de la enfermedad con la risa y el buen humor, y hasta de los males crónicos.
Y no sólo eso, sino que actitudinalmente, la risa nos sitúa de un modo distinto ante los problemas y los retos, aportando aceptación y creatividad, comprensión y posibilidad de transformar nuestras pautas mentales, y nuestros hábitos de pensamiento. Y es que, cuando se tiene buen humor, se pueden interpretar los problemas de un modo más aplacado y sereno, y escrutar soluciones mucho más creativas, que cuando se convive con el mal humor.
Los estados de ánimo delimitan nuestra voluntad para la acción, y esto bien lo saben las personas y las empresas que se han visto arrastradas por un torbellino de emociones displacenteras y de espectro depresivo, y que influidos por estas emociones, terminaron convirtiéndose en su propio estado de ánimo. Punto en el cual, ya no se sabe quién tiene a quién; si uno a las emociones, o las emociones a uno.
En el fondo la risa es un lenguaje, absolutamente expresivo, con el que mostramos nuestra personalidad. La risa y el buen humor se convierten así en el combustible y el lubricante fundamental de las relaciones interpersonales, y es un fuerte medidor de la eficacia de las organizaciones, y estimulando el sentido de pertenencia, fortalece la resistencia en épocas de dificultad y derrota.
Del mismo modo que hay personas tristes o alegres, existen organizaciones tristes o alegres. Del mismo modo que existen empresas o personas neurasténicas y neuróticas, las hay emocionalmente sanas, y no son pocas las aplicaciones terapéuticas que del humor y la risa, se hacen hoy día. Así, numerosas empresas contratan servicios de risoterapia para sus empleados, con el objeto de ofrecer un espacio para que los participantes conecten con sus emociones, y afloren facetas de libertad, espontaneidad y creatividad, ya que las empresas risueñas y felices, son las realmente prósperas. Parece comprobado que los líderes que, para resolver los conflictos, recurren al sentido del humor (no al sarcasmo, ni a la ironía), favorecen en sus empleados mayor capacidad de regular sus emociones en situaciones difíciles o de cierto riesgo.
Barbara Wild, psiquiatra y directora del Grupo de Investigación sobre el Humor, de la Universidad de Tübingen, a propósito del uso terapéutico del humor en la clínica, afirma que “Los pacientes depresivos comprenden el chiste, pero no sienten alegría. En psicóticos no aplicamos esta terapia, ya que todo lo toman como real. Y tampoco en los gelotofóbicos, que piensan que siempre se están riendo de ellos”.
Además de una función terapéutica, el humor y la risa enseñan a las personas a ser más humildes, permiten relacionarse de un modo más distendido y relajado, les aleja del miedo al ridículo y les ayuda a defenderse de las ofensas. A este respecto, es bastante conocida la anécdota del dramaturgo George Bernard Shaw, quien cuando encontró en su buzón una carta en la que sólo se leía la palabra: “Imbécil”, sin conmoverse, exclamó: “He recibido muchas cartas sin firma, pero ésta es la primera vez que recibo una firma sin carta”. O como aquel empleado, cansado de que su superior le dijera, una y otra vez: “Inútil”, contestó: “No soy un completo inútil... por lo menos sirvo de mal ejemplo”.
Una de las funciones más importantes y tenidas en cuenta del sentido del humor es relativizar la realidad, y es que sin la risa, las posibilidades del hombre de sobrevivir a la tragedia humana, serían muy escasas. En palabras de Woody Allen: “¿Y si todo fuese una ilusión y nada existiese en realidad? Entonces habría pagado definitivamente demasiado por mis alfombras”.
Y por último, es preciso recordar que la risa y el buen humor son tan contagiosos como un bostezo.
Dionisio Contreras Casado Educador Social. Experto en Drogodependencias. Formador de Inteligencia Emocional.
Marc Soriano
Coach ejecutivo

lunes, 24 de agosto de 2015

Alcanzar el éxito

Para alcanzar el éxito es necesario que te preguntes ¿qué significa el éxito para mí? ¿Cuál es mi visión de lo que quiero lograr? ¿Cuáles son mis metas? Estas son alguna de las interrogantes que debemos esclarecer para poder trazar un plan de acción claro y realizable.

La primero que te recomiendo hacer es que mires a tu alrededor y reconozcas que todo lo que ves y experimentas es creación de tu mene. Mucha gente no está conciente de esto y perciben la vida como una serie de circunstancias o eventos que ocurren aisladamente. Una de las cosas que debemos investigar es en qué estamos enfocándonos. Donde ponemos el foco crece y nuestra mente tiene el poder de crear y aumentar nuestras experiencias. En mi caso personal he trabajado mucho con la escritura como medio de sanación y poder enfocarme en lo que quiero lograr. Tengo un diario especial para anotar todo lo que he traído a manifestación y lo que considero mis éxitos.

Para ver dónde nos encontramos en relación a lograr nuestro éxito, es necesario contestar honestamente varias preguntas:

1.- ¿Soy más consciente de lo que no tengo, que de lo que tengo? 
2.- ¿Cuál es mi meta y cuánto tiempo paso enfocando mí mente en mi objetivo? 
3.- ¿Qué patrón, hábito o adicción me impide alcanzar el éxito? 
4.- ¿Tiendo a enfocarme más en lo negativo que en lo positivo? La contestación a estas preguntas son indicadores de cómo está nuestro estado de conciencia en cuanto al éxito. Anota las respuestas en tu diario y analízalas.

Sandra Anne Taylor, consejera profesional y autora del libro “Los Secretos de la Atracción” nos dice que existe una Ley Universal llamada la Ley de Intención Paradójica. La misma postula que mientras más desesperada es nuestra intensión en alcanzar nuestra meta, más vamos a sabotear nuestros esfuerzos. En cambio, cuanto más confiamos y entregamos a la Divinidad más vamos a traer a manifestación lo que soñamos. Para hacer esto ella recomienda, primero, soltar todas las construcciones mentales que hacemos cuando no obtenemos nuestras metas (esto no era para mí, esto no me convenía, en realidad no lo necesito, no lo merezco, etc.) y segundo asegurarnos que nuestras intensiones son claras y no están en conflicto unas con las otras. De acuerdo a Sandra Anne Taylor nuestro estado de conciencia, la energía y la intención son las llaves con las que creamos nuestro destino.

Muchas veces pensamos que si ganamos más dinero, si tenemos la pareja ideal, si tenemos el trabajo que hemos soñado, si tenemos salud perfecta podemos ser felices. Sin embargo, Sandra Anne nos dice que primero debemos ser felices (pues la felicidad es un estado de conciencia), estar seguros de nosotros mismos, trabajar para tener una salud perfecta y entonces manifestaremos el éxito y lo que anhelamos. Primero viene el sentimiento y luego la manifestación, ya que la vibración energética atrae lo que tanto queremos ver realizado en nuestras vidas. Según es adentro es afuera.

Para ver cómo están nuestras emociones es recomendable hacer una lista de apreciación hacia nuestra persona. La lista incluye todo lo que pensamos acerca de nosotros. Cuando la tengamos vamos a darle un número del 1 al 10, siendo el 1 el de menos satisfacción y el 10 el de más satisfacción. Por ejemplo una lista de apreciación hacia nuestra persona sería:

1-Cuan disciplinada soy para alcanzar mis metas. 
2-Cuanto trabajo estoy dispuesta a realizar para lograr lo que deseo. 
3- Cuán responsable soy en cuanto a lo que quiero obtener.

Si le damos un número menor de 7, vamos a preparar una tarjeta con una afirmación que diga algo como: Estoy abierta y receptiva al éxito. Acepto que puedo trabajar relajadamente para alcanzar mis metas y aceptar la responsabilidad que esto conlleva.

El Universo siempre va a decir sí. Si pensamos o decimos “no puedo hacerlo”, el Universo dirá sí. Si decimos es bien difícil, el Universo dirá sí, Si decimos esto no lo puedo hacer, el Universo dirá sí, así que ¿no es mejor pensar siempre positivamente? El Universo invariablemente va a decir sí a todo lo que pensamos y decimos.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

viernes, 21 de agosto de 2015

Nuestro público: nosotros mismos

El modelo mental basado en agradar a los demás y de “gustar”, por encima de todas las cosas, y de nuestro propio criterio, nos lleva inexorablemente a no ser respetados, y esto funciona igual, tanto en el ámbito privado como en el profesional. Esto no implica que no debamos aceptar la crítica de los demás, incluso aunque nos la formulen desde la malquerencia, y así lo decía eruditamente Unamuno: “Toma consejo del enemigo”. Quizá el límite a esto, sea nunca ceder a nuestro criterio, alterando nuestra conducta y nuestro “hacer” por causa de juicios ligeros y críticas sistemáticas, provenientes del ambiente. Nuestro público somos nosotros mismos.

Seguramente, siendo niños hayamos escuchado alguna vez el cuento protagonizado por un anciano padre y su hijo. Ambos viajaban con un burro atravesando diversos pueblos, motivando muy distintos comentarios entre los paisanos:

Nos contaban que, al pasar por el primer pueblo, el padre montaba sobre el burro y el hijo caminaba a su lado. Los comentarios del público no se hicieron esperar: “¡Qué padre tan inmisericorde! ¡El pobre niño caminando y él encima del pollino, como si fuera un emperador!”

Al escuchar las malas lenguas, decidieron cambiarse antes de llegar al siguiente pueblo, de forma que ahora el padre caminaba y el hijo era quien montaba el asno. Pero, sin embargo, las críticas, ahora de otro público, no cesaron, únicamente cambiaron de signo: “¡Mira qué juventud tenemos hoy en día! ¡El anciano padre caminando, y el muchacho tan ágil, sentado a lomos de la bestia!”

Visto lo visto, pensaron que lo mejor sería montar los dos sobre el asno al pasar por el tercero de los pueblos. Pero las cosas así, no hicieron más que empeorar, y el tercer público decía: “¡Pobre burro! ¡Los que van montados en él demuestran ser más bestias que el desdichado animal!”

Finalmente el cuento terminaba con ambos, padre e hijo, aturdidos por tanta crítica, y tomando la última decisión: decidieron entrar al cuarto pueblo, ambos a pie, junto al burro. Pero, ni por esas cesaron las críticas…, y otra vez el público: “Pero, ¡qué tontos! ¿Para eso se han comprado un burro?, ¿para ir andando?”.

No son pocas las personas cuya principal fuente de insatisfacción y malestar radica en su necesidad de satisfacer al otro, a un público, real o imaginario, al que es imposible satisfacer. En resumidas cuentas se trata de un trastorno afectivo cuya principal característica es la necesidad constante de agradar.

Detrás de esta necesidad, a veces muy latente, subyace un miedo aterrador al rechazo, al abandono, o una imperiosa necesidad de sentirse aceptado, integrado o respaldado, y si bien, en muchos casos no puede hablarse de una patología clínica, con el tiempo si acaban produciendo desajustes y sufrimiento.

Carmen García Ribas, profesora de la Escuela Superior de Comercio Internacional, en su libro: “El síndrome de Maripili”, dice que esta actitud es más frecuente en las mujeres debido a cuestiones culturales, y afirma: “Las mujeres hemos confundido la identidad con la aceptación. Sólo nos permitimos SER cuando otro nos acepta. De ahí que las actitudes de las mujeres sean ejecutivas; es decir, nos disponemos a hacer bien, o muy bien, aquello que se nos encarga. Nuestra necesidad de complacer, de evitar el rechazo, nos lleva a realizar cuidadosamente aquello que otros nos piden. No está mal, si no fuera porque esta actitud mantenida a lo largo de toda nuestra vida profesional nos impide progresar en nuestra carrera”

Es de tener en cuenta que aquellos que ceden a su criterio a cambio de sentirse queridos, obtienen, insalvable y fatalmente, una doble frustración: en primer lugar no ejercitando su criterio hipotecan su felicidad; y en un segundo momento, la ansiada compensación de obtener la aprobación de los demás no se produce, ya que el objetivo de muchas críticas es la crítica en sí, e independiente de lo que se haga, siempre se produce.

Dionisio Contreras Casado Educador Social. Experto en Drogodependencias. Formador de Inteligencia Emocional.

Marc Soriano
Coach Ejecutivo

Cómo definir las necesidades de un puesto de trabajo

Al publicar una oferta de empleo en una bolsa de trabajo con el objetivo de abrir un proceso de selección para elegir al candidato más cualificado, previamente, es muy importante hacer un análisis para concretar las tareas específicas de ese puesto de trabajo. ¿Cómo realizar este ejercicio de recursos humanos? Se debe especificar el tipo de tareas a desarrollar en dicho puesto de empleo, los posibles problemas que se deben gestionar de un modo habitual y aquellas incidencias que pueden darse de forma extraordinaria, los conocimientos necesarios y el nivel de experiencia necesario para llevar a cabo esas gestiones de trabajo.


Análisis de las competencias del puesto

Analizando la rutina de trabajo de dicho empleado, se puede concretar el número de tareas dominantes en dicha jornada laboral.

Por otra parte, un puesto de trabajo está enmarcado en el contexto de una organización específica, es decir, no se debe de analizar dicho puesto de empleo de una forma aislada sino poniéndolo en relación con el entorno de la cadena.

Por ejemplo, conviene concretar si el profesional que ocupe dicho puesto de empleo tendrá personal a su cargo o un superior que realice tareas de supervisión. Debe analizarse si se trata de un trabajo cuyo resultado depende del trabajo en equipo o, por el contrario, el profesional puede realizar su labor de forma autónoma e independiente.
Concretar el nivel de experienecia

La empresa también debe de analizar si busca a un profesional que haya tenido experiencia previamente en ese puesto de trabajo o, por el contrario, este requisito no es condición indispensable en caso de tener la posibilidad de formar al empleado. También se debe de concretar la formación mínima requerida para el correcto desempeño de ese puesto de trabajo ofertado en el proceso de selección.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

martes, 18 de agosto de 2015

¿Qué es el endomarketing?

Se considera la existencia de tres focos fundamentales en la gestión del talento: la selección de personal, el desarrollo y la fidelización del mismo. Con un proceso de selección efectivo y por aptitudes, una organización se asegura de contar con el personal apropiado; es decir, con personas de un perfil que puedan alinear los propósitos de sus carreras con la misión de la empresa. A través del desarrollo del talento, la organización madura el talento captado logrando sacar su máximo potencial. Finalmente, la labor de fidelización es vital puesto que el objetivo es retener al talento interno por iniciativa suya y captar talento externo. La fidelización del colaborador puede darse desde muchas aristas, aplicando diversas estrategias, entre ellas el marketing interno o Endomarketing.


El Endomarketing es el conglomerado de estrategias y acciones propias del marketing que se planean y ejecutan al interior de las organizaciones con el propósito de incentivar al personal. En esta línea, la propuesta de valor no puede, de ninguna manera, ser estandarizada pues en la organización coexisten colaboradores con perfiles (intereses y prioridades, por ejemplo) disímiles entre sí. Estas diferencias en el colectivo crean la necesidad de generar propuestas diferentes para cada sector; es decir, de construir un qué, un a quién y un por qué de valor adaptado que difieren de cada target interno. 

Ahora bien, ¿qué otras consideraciones se debe tener al momento de aplicar una buena estrategia de endomarketing?

Aquí les tenemos algunos consejos que seguro les resultarán útiles:

“Recuerda: uno para todos y todos para uno”

El endomarketing requiere del apoyo de todos en la organización; no se puede distinguir entre directivos, gerentes y colaboradores.

“Todos en la organización son personas antes que trabajadores”

Es prioritario considerar las opiniones de todos, felicitarlos por su desempeño, hacerlos partícipes de los logros y decisiones de la organización.

“No se debe experimentar la promesa de la marca, sino la realidad de ella”

Podemos gran parte del presupuesto de comunicación interna (y externa) intentando demostrar lo “amigable” que es la empresa con sus trabajadores y tener una huelga indefinida en la puerta principal. No se puede engañar a los colaboradores, ellos están dentro de la organización viviendo el día a día de la organización.

“Una empresa que únicamente ofrece a sus clientes buen precio es similar a la que sólo ofrece un buen salario a sus empleados”

La retribución no debe basarse solamente en el factor económico sino también en el reconocimiento y capacitación.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

viernes, 7 de agosto de 2015

Incentivos para retener el talento del ejecutivo

Para las empresas es prioritario, además de contar con profesionales destacados, garantizar que se logre las metas financieras previstas o la culminación de algún proyecto con los recursos fijados.



Por eso, las compensaciones para altos ejecutivos apuntan a retenerlos y evitar su fuga y, asimismo, motivarlos a ofrecer soluciones eficaces para el negocio. Ante ello, se recurre a los diversos tipos de incentivos que se ofrecen con frecuencia en el mercado empresarial.

Tipos de incentivos extraordinarios

Incentivos por desempeño: Son los que se otorga a los ejecutivos que hayan sobresalido por los resultados conseguidos en el cumplimiento de sus funciones y, en consecuencia, hayan generado sendos beneficios a la empresa. Se otorgan al final del año y oscilan entre el 15% y 100% del sueldo bruto anual donde el porcentaje dependerá del tamaño de la organización y de lo que facture.

Incentivos de retención: Son muestra de la escasez de talento que impera en el mercado, sobre todo, en el sector minero, petrolero y energético. Este tipo de incentivos busca asegurar un periodo de permanencia del ejecutivo (generalmente de tres años) porque su aporte es vital para un proyecto, al punto que una eventual desvinculación podría generar retrasos o algún otro tipo de perjuicio respecto a la operación. Este beneficio adicional también se otorga a posiciones críticas de la organización.

Los ‘signing bonus’: Consiste en un pago que se le hace al talento solo para que firme contrato, sin siquiera haber pisado la empresa. Eso permite a una compañía atraer a un ejecutivo que pudiera estar perdiendo un beneficio por desvincularse de su posición anterior. La empresa interesada en captar a esa persona busca, a través del ‘signing bonus’, compensar lo que estaría perdiendo por dejar su trabajo.

Incentivos extraordinarios: Estos se ejecutan cuando el talento alcanza un objetivo extremadamente retador que signifique una enorme contribución para el negocio. Usualmente, se otorga cuando el ejecutivo culmina un proyecto de gran envergadura, cuando un abogado gana un juicio clave para su estudio, o cuando el talento concreta una alianza estratégica.

Stock options: Es un derecho que se concede para comprar acciones de la empresa a un precio determinado. La idea es que el ejecutivo pueda vender ese paquete de acciones cuando adquiera más valor. Pero si renuncia antes de lo previsto, podría perder su derecho a vender ciertas acciones.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

miércoles, 5 de agosto de 2015

3 Cosas que necesitas saber sobre tu tipo de personalidad y tu carrera profesional.

En el complejo mundo del trabajo actual, es importante saber lo máximo posible sobre ti y tus puntos fuertes, y eso incluye tu tipo de personalidad.


Un estudio reciente de Truity, recogido por el portal Mashable, el cual habla sobre los 16 tipos de personalidad en el lugar de trabajo, sugiere que si aún no tienes explorado tu tipo de personalidad, es posible que eches en falta información clave que puede ayudarte a alcanzar todo tu potencial.

Se encuestó a 25.759 personas sobre su éxito profesional, sus ingresos, su felicidad en el trabajo y las funciones que desempeñaban en la empresa con el fin de averiguar cómo el tipo de personalidad da forma a su desarrollo profesional.

Cuando observaron los resultados, encontraron una fuerte evidencia que indica que ciertos tipos de personalidad tienen mayores ingresos, son más propensos a dirigir grandes equipos y se sienten más satisfechos con su trabajo.

Estos resultados sugieren que la comprensión de cómo tu tipo de personalidad da forma a tu vida profesional, puede proporcionarte información útil sobre tu potencial de ingresos, tu trayectoria profesional y tu felicidad en el trabajo.

1. Tipos de personalidad pensadora- juzgadora (TJ) ganan más que los que no tienen ese tipo de personalidad, sobre todo si son extrovertidos.

Los tipos de personalidad pensadora-juzgadora (TJ) se encuentran entre los cuatro primeros puestos en lo que respecta al promedio de ingresos anuales. En promedio, los TJ ganan entre $52.000 y $77.000. Los TJ extrovertidos ganan casi $20.000 más. Cuando se separan estos datos por género, la mujer TJ obtuvo un ingreso promedio de $80.000, y el hombre TJ ganó la friolera de $95.000.

Así que, ¿Por qué estos tipos de personalidad ganan más?

Los responsables del estudio sugieren que es por una combinación de factores. Los tipos TJ pueden ser más competitivos y están más conducidos por el dinero, lo que los lleva a elegir carreras con alto potencial de ingresos. En el otro lado de la ecuación, los empresarios que buscan cubrir las posiciones de liderazgo de altos ingresos, a menudo buscan candidatos con estos rasgos de personalidad.

La mayoría de las organizaciones esperan contratar líderes con un fuerte sentido de la organización, la capacidad de planificar de forma estratégica y las habilidades necesarias para gestionar un equipo. Los extrovertidos TJ tienden a mostrarse fuertes en estas áreas, lo que sugiere que son más propensos a ser reconocidos como candidatos con potencial de liderazgo.

2. Los extrovertidos gestionan equipos más grandes, sobre todo si son TJ.

Los extrovertidos gestionan equipos más grandes que los introvertidos, de acuerdo con los datos del estudio. En promedio, los extrovertidos logran 4,5 empleados, mientras que los introvertidos sólo consiguen 2,8.

Cuando miramos en el estudio qué tipos de personalidad son los que gestionan a la mayoría de los empleados, encontramos a la cabeza a los extrovertidos e introvertidos TJ a la cabeza. Esto apoya la idea de que los extrovertidos y TJ a menudo ganan más porque tienen más probabilidades de avanzar en la empresa.

3. A pesar de ganar más dinero, y gestionar a más personas, los TJ no son los más felices en el trabajo.

El estudio reveló que los TJ no son los que más satisfacción sienten en el trabajo. Uno podría suponer que más dinero y más responsabilidad conducirían a una mayor felicidad, pero los datos del estudio confirman que esto no es así.

Según los responsables del estudio, los "pensadores" ganan más porque priorizan el éxito individual y, a menudo son impulsados por los ingresos y otros reconocimientos en el trabajo. Esto es lo que les ayuda a llegar a la cima de las empresas, pero las recompensas de dinero y el poder no pueden proporcionar una profunda sensación de satisfacción en el trabajo.

El estudio habla también sobre los "Antenas", un tipo de personalidad que, por el contrario, buscan posiciones y organizaciones que reflejan sus valores personales. Ellos están motivados por cómo su trabajo les hace sentir, no por lo que ofrece financieramente, y no están tan interesados en "pisarle los talones" a los demás para poder subir a la cima.

Los "Antenas" probablemente pasan menos tiempo persiguiendo bonos y promociones y, en cambio, obtienen satisfacción por el simple hecho de hacer un trabajo significativo. Esto lleva a un sentido de propósito más profundo y más felicidad en el trabajo, a pesar de que carecen de ambición profesional.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

lunes, 3 de agosto de 2015

Tácticas para negociar con éxito

Práctica desde ahora, con tu hermano, con tu amigo o tus primeros clientes, estos puntos que te explico a continuación:


Recurre a tu red de contactos

Cuando no sepas algo, levanta el teléfono y consulta. No tiene nada de malo que consultes a alguien con más experiencia que tú. Es más, eso le da cierta confianza al cliente que tienes enfrente. Incluso, deberías mirar a tus competidores como personas a las que escuchar de vez en cuando.


Piensa en grande

Los negociadores primerizos siempre juegan a perder. Ven el proceso de negociar como un suplicio, y que el interlocutor le hace un favor al otorgarle algo durante la negociación. Esto no es así. En una negociación, ambas partes tienen que salir ganando. Tu cliente no te hace ningún favor. Así que apunta alto la próxima vez que te atrevas a negociar.

Busca el equilibrio

Pero tampoco subestimes a la otra parte. Si bien tu empresa puede ser gigantesca, eso no implica que trates al cliente como si fuera un número más. Ese es el principal defecto por el que muchos usuarios clientes a las empresas grandes para optar por otras más pequeñas. Trata a la otra parte negociadora como si fuera tu primer cliente.

Aprende sobre el significado del “no”

Un “no” en materia de negociación es un sí a posteriori. ¿Por qué? Muy sencillo. Un “no” inicial representa, en realidad, una sugerencia lanzada por tu cliente para que tú hagas algún cambio. No es un no a tu producto o servicio, es un no a tu propuesta. A partir de ahora, cada vez que escuches un “no”, pregúntate “¿qué puedo hacer para que ese cliente cambie de opinión?”

Si nadie se atreve, ¿por qué tú no?

Hay quienes se sienten disminuidos al efectuar una pregunta al interlocutor que ninguna otra persona ha realizado. No hay ningún problema al respecto. Si al negociar, consideras que hay un punto que no ha quedado del todo claro, pregunta. Esa pequeña duda puede matar futuros negocios.

Planifica por escrito

Negociar con éxito no es un proceso que se logra al azar. Requiere de previa preparación. Así que antes de lanzarte a hablar con ese cliente, proveedor o socio, escribe en un papel el rol de posibles preguntas y respuestas que se efectuarán durante la reunión. Eso te dará la posibilidad de establecer planes de contingencia si las respuestas no son las que esperas.

No dejes todo en monosílabos

Una forma astuta que hallan ciertas personas para evitar negociar es lanzando monosílabos como “sí”, “tal vez”, “ahora no”, “quizás”, etc. ¿Cómo combatir a esa clase de negociadores sin llegar a ser descortés? Haciendo preguntas abiertas (que no contemplen un “sí” o un “no”) o interrogando al interlocutor sobre cuestiones ajenas al proceso de negociación. Que la otra parte entre en tu terreno y lograrás salir victorioso.

Marc Soriano
Coach ejecutivo