martes, 29 de septiembre de 2015

Cómo llegar a ocupar un puesto directivo

Son muchas las cualidades que debes de desarrollar para conseguir ocupar un puesto directivo. Quizás las tres más importantes son: liderazgo, poder de negociación y orientación a resultados. Actualmente muchas empresas españolas necesitan de directivos proactivos que dispongan de una gran visión de negocio, capaces de solventar cualquier tipo de problema de la forma más rápida y eficaz, siempre adaptándose a las nuevas exigencias del mercado. De modo que llegar a lo más alto de una organización requiere mucho sacrificio. Si buscas empleo como alto cargo ten en cuenta los siguientes valores que tiene que reunir un directivo:



Visión de la organización: no es otra cosa que la capacidad de valorar la empresa más allá de los límites de la propia función, comprender la interrelación entre los diferentes stakeholders y desarrollar la cooperación interfuncional.

Orientación de logros y resultados: preocupación por realizar correctamente el propio trabajo o conseguir los objetivos marcados.

Capacidad de gestión: es clave la orientación al cliente, tener capacidad para tomar decisiones y saber gestionar los recursos, el tiempo y la información.

Negociación: es la capacidad de alcanzar acuerdos satisfactorios para la empresa, descubriendo o creando elementos que generan valor añadido a la relación.

Networking: es la capacidad de desarrollar, mantener y utilizar una amplia red de relaciones con personas clave dentro de la empresa y del sector para establecer alianzas que puedan impulsar el nepocio.

Comunicación: saber escuchar, transmitir ideas y emociones de manera efectiva y con empatía, empleando el canal adecuado en el momento oportuno. También es importante la capacidad de síntesisi y de sacar conclusiones.

Coaching: consiste en una evaluación e identificación de áreas de mejora, fijación de objetivos y plan de acción, determinación de quién va a ayudar en el proceso y realización de seguimiento de los resultados obtenidos.

Proactividad e iniciativa: es la capacidad de mostrar un comportamiento emprendedor, iniciando e impulsando los cambios necesarios con energía y responsabilidad personal.

Marc Soriano
Coach ejecutivo


viernes, 25 de septiembre de 2015

Una herramienta indispensable: La visión financiera

En España, como en otras partes del mundo, son pocas las empresas que sobreviven a los primeros años de vida, aun siendo nuestro país calificado por la GEM (Global Entrepreneurship Monitor) como uno de los primeros países con niveles más elevados en emprendimiento. 


Si bien el empresario español tiene la habilidad para reaccionar frente a los cambios del ecosistema que pudieran influir en su negocio, y puede solucionar problemas coyunturales de manera rápida, no es suficiente para tener un crecimiento seguro y sostenible.

Este comportamiento reactivo ante difíciles situaciones financieras debería ser reemplazado por una planificación disciplinada y predictiva; es decir, contar con una visión financiera.

Cuando las empresas comienzan a aumentar sus ventas, posicionarse en el mercado, tener mayor reconocimiento ante sus clientes; puede venir el desorden: la falta de disciplina financiera, desorganización, y (lo peor) la pérdida de eficiencia ante la impaciencia de un cliente desesperado por el cumplimiento de su pedido. El punto es cuando la rentabilidad marginal cambia a un sentido negativo y debido a esos factores se termina afectando el desarrollo.

Sin embargo, una forma de visualizar si la empresa está atravesando por estos tipos de problemas es cuando ésta depende más del sistema financiero, que de sus propias acciones. Esto quiere decir que los niveles de liquidez no soportan la actual estructura empresarial, y para gestionar el negocio se depende más de los bancos o de terceros. Es por eso que en la actualidad, se debe tener proyecciones a resultados futuros estabilizando la situación y el control financiero.

En algunos casos se tendrá que reestructurar la organización para reemplazar ineficiencias, racionalizar los gastos de publicidad y promoción, reducir el capital de trabajo, y convertir pesados costos fijos en ligeros costos variables; siempre buscando hacer un efecto positivo y multiplicador en el saldo del flujo de caja. En otros casos, se debe considerar la venta de activos improductivos, y no recibir llamadas de nuevos financiamientos que ofrezcan arreglo sin consecuencias de situaciones financieras y que a veces solo terminan perjudicando a la empresa. Por ello, el mejoramiento de una empresa no puede ser calco ni copia de otra. Solo depende del criterio frío que tenga el empresario o emprendedor en su visión financiera.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

miércoles, 23 de septiembre de 2015

7 síntomas que nos ayudan a reconocer la procrastinación

¿Quién no se ha visto en la tentación de procrastinar? 
O, ¿Quién no ha procrastinado alguna o varias veces en su vida? 
El hecho es que esto no se vuelva un hábito en nuestras vidas porque sino será muy contraproducente tanto para nuestra faceta personal, profesional, familiar, etc. 


¿Sabemos reconocer cuáles son los síntomas del procrastinador? 

Enterémonos para luchar y efectuar las acciones adecuadas para no caer en esta grave “enfermedad”.

1. Falta de visión: 

Debemos saber qué es lo que queremos conseguir, cómo queremos conseguirlo y por qué. Si estamos bien enfocados en esto, no tendremos ni un minuto para vacilar y procrastinar.

2. Falta de tiempo: 

Hay tiempo para todo, somos nosotros mismos los que nos ponemos barreras mentales y sufrimos. Sin embargo, si analizamos bien lo que tenemos que hacer y pensamos cómo hacerlo, no nos tomará mucho tiempo. Debemos avanzar.

3. Falta de organización: 

Este es uno de los síntomas principales de la procrastinación. Si somos desorganizados no sabremos qué tenemos que hacer, para cuándo, cómo, etc., debemos saber todo lo que tenemos que realizar en el día a día y de aquí a semanas. Una agenda bien organizada hará nuestra vida más fácil. Alcanzaremos tener tiempo para todo aquello que queramos hacer; sabremos cuáles son nuestras prioridades.

4. Cansancio: 

Pospongo un proyecto porque estoy cansado. Dar el primer paso es el más difícil hacia la resolución de una tarea. Decide, toma vitaminas, hidrátate, aliméntate bien, descansa tus horas y vence ese cansancio. No dejes que tus bajas energías te limiten.

5. Miedo: 

El temor a no lograr nuestros objetivos pueden ser una gran barrera hacia nuestros sueños. No tengas miedo al fracaso, no tengas miedo a intentarlo. Este estado de miedo hacia el éxito puede dejarnos en un estado de inacción y apatía del que puede ser muy difícil salir. Afronta las cosas, sean positivos o no tan positivos los resultados. Peor es que te quedes sin hacer nada. ¿Cierto?

6. Las distracciones: 

Este mundo tecnológico nos hace perdernos en un mar de distracciones. Los teléfonos, redes sociales, emails, whatsapp, etc. nos distraen. A la hora de trabajar, bloquéate de todo esto y enfoca tu atención en aquello que deseas resolver. Mientras más rápido lo hagas, más fácil será avanzar tu día.

7. Incapacidad: 

Muchas veces el ser humano se siente incapaz de hacer las cosas. Se subvalúa en sus acciones, en su inteligencia y piensa que no puede hacerlo, por lo tanto le es muy complejo empezar algún proyecto. No te sientas amenazado con esto, si alguien te asignó una tarea que parece difícil es porque confía en tí y en tu capacidad. Házlo. Busca ayuda. Define los puntos importantes, cómo hacerlo, cuándo, con qué herramientas, quiénes pueden colaborar con la solución, etc. Tú puedes hacerlo y no es menos capaz quien pide ayuda para resolverlo.

¿Tienes estos síntomas? ¡Vamos tú puedes vencerlos!

Marc Soriano
Coach ejecutivo

lunes, 21 de septiembre de 2015

Los 10 hábitos más improductivos que debemos evitar

Asediados por el día a día, muchas veces es recomendable darse un momento para pensar y ver que es lo que estamos haciendo mal. Pronto, es probable que lleguemos a la conclusión de que estamos cargando hábitos no muy saludables en nuestras actividades, que reducen significativamente nuestra productividad en el trabajo.


Conozcamos diez de esos hábitos que debemos ir corrigiendo uno a uno, para que al final podamos disfrutar de una mejor vida y tengamos un extraordinario desempeño en nuestras actividades.

1.- Permitir distracciones

Dejar nuestro correo abierto con notificaciones activadas, el teléfono móvil con el volumen alto, alguna notificación de nuestras redes sociales, sólo son algunas de las interrupciones que encontraremos cada día.
El que estén ahí no significa que no las podemos evitar, y eso es lo más recomendable que podemos hacer. Desactivemos notificaciones, apaguemos el celular cuando sea necesario y avisemos que no deseamos ser molestados.

2.- No fijar nuestros objetivos o fijar demasiados

El no empezar y terminar el día sin un objetivo claro para nuestras actividades es un signo seguro de que ya hemos llegado, pero a ningún sitio. Al no tener un rumbo definido por nosotros mismos y que persiga nuestros objetivos, podemos llegar a un lugar muy diferente al que deberíamos de estar.

Del mismo modo, querer fijar muchos objetivos y atacarlos a la vez, sirve de poco o nada. Ya que perdemos el rumbo al ver que son demasiados.

3. Procrastinar

Este es quizás uno de los mayores retos que toda persona en su búsqueda de ser más productivos encontrará y notará.

¿Has estado realizando un informe o actividad y te sientes tentado a ver tus redes sociales? ¿Tienes algo pendiente para la próxima semana y lo haces el día antes de la presentación? 

Si te suena familiar, es normal. La procrastinación muchas veces ayuda a desconectarnos durante unos minutos para luego retomar el flujo normal de nuestras actividades, lo que no es recomendable es tomarse esa “desconexión” muy a menudo, aplazando actividades importantes para después.

4. Una vida desorganizada

Consecuencia de la procrastinación, muchas veces podemos llegar a tener una vida desorganizada. Pasar mucho tiempo mirando televisión, comer mientras trabajamos en el ordenador o saltarnos esas comidas, son sólo algunas de las actividades que reflejan el desorden en nuestra vida.

5. No controlar los gastos

Si no llegamos a controlar nuestros gastos, es probable que estemos acortando nuestras posibilidades de una vida mejor. Sin ese correcto control, incluso podríamos llegar a tener que trabajar más horas, afectando claramente nuestra productividad.

6. No gestionar nuestras tareas, ni nuestro día

Al igual que fijar nuestros objetivos es uno de los hábitos más improductivos, también lo es el no gestionar nuestro día. El no gestionar nuestras tareas puede hacer que veamos nuestro trabajo como inalcanzable, incluso nos perdernos entre lo que es importante y lo que no, olvidando proyectos que necesitan de nuestra mayor atención.

7. Multitarea, micromanagement y no saber delegar

Tiempos atrás quedaron en donde ser multitarea era sinónimo de mayor efectividad y productividad en una persona. Lo cierto es que no podemos concentrarnos en más de una cosa a la vez, siempre uno de ellos va tener mayor peso, por lo tanto el otro será deficiente y no es recomendable seguir esta práctica.

Por otro lado, el no saber delegar tareas y hacerlo todo nosotros mismos es otro de los hábitos que pueden estar afectando nuestra productividad. Es tan sencillo como delegar alguna acción y seguir con las nuestras.

8. Consumir demasiada información

El vivir en la era de la información no es excusa para tener cientos de correos sin leer en nuestra bandeja, quizás muchas de ellas suscripciones a páginas que poco aportan a nuestro flujo normal de trabajo. Tampoco lo es el revisar constantemente páginas de noticias o redes sociales. Cortemos con todo eso, y enfoquemonos en lo que realmente importa.

9. Ignorar las ventajas de las nuevas tecnologías

Antes era normal el uso de una libreta de papel para gestionar nuestras tareas. Hoy en día y a pesar de que muchos encuentran todavía útil el uso de una herramienta como esa, lo cierto es que podemos hacer uso de un número muy extenso de herramientas tecnológicas que ayudarán significativamente a mejorar nuestra productividad.

El uso de este tipo de herramientas van desde la conectividad desde cualquier lugar a través de internet, permitir una mayor colaboración y cualquier otra cosa posible en beneficio de nuestras actividades.

10. No admitir ni aprender de tus errores

Ahora que hemos identificado alguno de nuestros hábitos más improductivos, es momento de pensar bien las cosas y cambiarlas. Todo esto con el fin de ser más productivos en lo que hacemos y disfrutar de una mejor vida.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

viernes, 18 de septiembre de 2015

Beneficios del deporte para la empresa

Son muy conocidos los beneficios en la salud física y emocional por practicar deportes de manera frecuente, pero el deporte también incrementa tu productividad y rendimiento en la realización del trabajo.


Ya sea el deporte individual o colectivo, el ejercicio físico da estos beneficios:

- Forja el carácter y la disciplina.
- Promueve el cumplimiento de reglas.
- Genera el trabajo en equipo.
- Inculca la toma de decisiones.
- Ayuda a liberar tensiones y reduce el estrés.
- Previene enfermedades y lesiones.
- Ayuda a combatir los síntomas de la ansiedad y la depresión.
- Aumenta el entusiasmo y el optimismo.
- Mejora la calidad del sueño.
- Se aprende a levantar de los fracasos y a cumplir las metas.
- Aumenta la voluntad de mejorar.
- Enseña a ser perseverante hacia el logro de los objetivos.

Como se puede observar fomentar el deporte entre los trabajadores de una empresa incrementará la eficiencia y productividad a la vez que disminuye el absentismo por enfermedades y/o lesiones, hay beneficios económicos por ahorros y mayores ingresos. 

Algunas de las maneras de fomentar el deporte entre sus trabajadores son: 
Tener gimnasios en sus propias instalaciones, tener acuerdos con gimnasios para lograr descuentos en el costo de las inscripciones y cuotas para sus trabajadores, organizar competiciones deportivas entre los trabajadores o distintas áreas de la empresa.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¡¡Comienza el día con éxito!!

Personas de cargos importantes e influyentes, se levantan muy temprano. Esto puede ser desde horas como las 4.00 a.m. o un poco después. Sin embargo, lo más importante son las actividades que realizan en este tiempo, previo a un día de trabajo habitual. Conozcamos las actividades que hace la gente de éxito:


1.- Hacer ejercicio

Sin importar si es una sesión de Yoga o de Gimnasio, el empezar el día de esta manera, activará todo el potencial de nuestro cuerpo. De igual manera, si no somos muy amigos de largas sesiones, podemos comenzar con 15 minutos de estiramientos en casa.

2.- Planificar actividades

Como ya hemos mencionado anteriormente, el iniciar el día planificando tus listas de actividades, metas y tareas por hacer, debe ser algo primordial para nosotros. Las primeras horas de la mañana son ideales para hacer este tipo de cosas, ya que nos concentraremos en lo que realmente es importante y lograremos hacer más a través del día.

3.- Desayunar saludablemente

No es una buena idea empezar un día de trabajo (o cualquier otro día en realidad) sin nada en el estómago. Primero que no es saludable, segundo, nuestro estómago nos estará recordando en el transcurso de la mañana que debemos de comer algo, quitando todo tipo de concentración en lo que hacemos y sólo pensando en la hora del almuerzo.
Tomemos un tiempo adicional durante la mañana para desayunar tranquilos y sin prisa.

4.- Practicar la visualización

La mañana es el tiempo perfecto para invertir tiempo en nosotros mismos, practicando meditación o visualizando. Tomemos un tiempo para visualizar nuestras actividades del día y enfocándonos en los logros que tendremos. Aunque esto lo hagamos sólo un par de minutos, incrementará notablemente nuestro ánimo en el día.

5.- Hacer el trabajo más pesado

Siempre podemos tener una actividad muy pesada en nuestra lista de tareas, aquella que hemos pospuesto más de una vez y genera estrés verla de nuevo.

Al empezar la mañana, nos encontramos con todas las posibilidades de acabar con una tarea como esta, ya que contamos con la energía suficiente para hacerlas. Este es el caso, iniciemos el día realizando esa actividad pesada en vez de posponerla para la tarde, de esta manera lograremos que el día transcurra y termine con las tareas más sencillas.

¿Realizas alguna de ellas?

Marc Soriano
Coach ejecutivo

lunes, 14 de septiembre de 2015

Conoce las claves del coaching ejecutivo y serás el directivo perfecto

¿Necesitas darle un giro a tu táctica como líder, pero no sabes por dónde empezar? 

¿Quieres convertirte en un directivo eficiente y resolutivo? 



No existen fórmulas mágicas para convertirte en un directivo ejemplar, pero sí que puedes recurrir a técnicas que te ayuden a orientar tu carrera profesional empresarial. La más efectiva: el coaching ejecutivo. Conoce sus principales puntos fuertes y no dudes en ponerlos en práctica. Coaching ejecutivo: qué es y para qué sirve.

Seguro que en más de una ocasión has oído hablar del coaching, un concepto que en los últimos años se ha extendido en todos los ámbitos (desde coaching deportivo hasta coaching de vida), a partir de la necesidad de superarnos y convertirnos en mejores personas o profesionales. Aquí entra en juego la figura del coach o entrenador, que será quien nos guíe en la búsqueda del camino más eficaz para conseguir nuestros objetivos, potenciando nuestras capacidades y habilidades.

En el caso concreto del coaching ejecutivo, es una rama del coaching que se centra exclusivamente en la formación de gerentes y ejecutivos excelentes. Su trabajo consiste en desarrollar las competencias de estas personas, claves en la dirección de la empresa.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

jueves, 10 de septiembre de 2015

Ventajas de montar una empresa familiar

Muchos negocios están gestionados por familias que además de estar unidas en su vida personal, forman parte de un mismo equipo profesional. Mezclar asuntos de trabajo con temas personales puede producir efectos secundarios negativos, sin embargo, también hay muchas familias que parecen haber encontrado la fórmula de su éxito en el trabajo en equipo. ¿Qué ventajas ofrece a un emprendedor montar una empresa familiar? En este caso, una de las ventajas más importantes es que la unión entre las personas que componen el proyecto no nace con la misma empresa sino que es previa. De esta forma, ya existe una alianza familiar que puede ser la base perfecta para establecer una alianza profesional.
Filosofía familiar aplicada a la empresa

Además, también puede crearse una filosofía de empresa en la que la familia se implica por convertir el negocio en un valor que tenga significado en la propia historia familiar ya que muchas empresas de este tipo continúan durante mucho tiempo gracias a que las nuevas generaciones asumen el legado que dejaron sus antepasados.

Por otra parte, al convivir no solo durante las horas de trabajo sino también, al mantener relacionespersonales fuera del horario de oficina, puede ser más sencillo dejar de lado el orgullo para retomar con naturalidad el contacto después de una discusión profesional. Las familias que forman un negocio en común están obligadas a entenderse por su propio bienestar. La motivación extra de que los beneficios de la empresa son un bien para la familia también es un valor añadido desde el punto de vista de la inversión.

Mejor conciliación laboral

En este tipo de empresa puede existir un mayor grado de comprensión con las circunstancias personales de los miembros del equipo, tomando decisiones que ayuden a mejorar la conciliación laboral. Por tanto, también mejora la calidad de vida de los profesionales que se apoyan no solo como compañeros de trabajo sino también, como familia.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

martes, 8 de septiembre de 2015

Sugerencias para innovar en la empresa

La innovación no es un ingrediente que únicamente tenga sentido en un nuevo proyecto que abre sus puertas en el mercado sino que una empresa consolidada que está en una constante evolución, puede tomar la iniciativa de emprender nuevos retos con el objetivo de integrar la innovación en el negocio. ¿Cómo innovar a nivel empresarial?



Fruto de una planificación previa

El concepto de innovación está muy vinculado a la creatividad. Sin embargo, en el contexto empresarial, dicha innovación creativa debe ser fruto de una reflexión y una planificación previa que permita analizar las consecuencias y ventajas de dicha opción a través del recursos del análisis Dafo (evaluación de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la idea de innovación).

Identificar una necesidad concreta

Para que la innovación tenga sentido también debe de convencer a los potenciales clientes que deben mostrarse interesados en ese servicio. Por esta razón, para innovar con un nuevo servicio, previamente, es muy importante analizar una necesidad insatisfecha que puede cubrirse. En ocasiones, la innovación también pasa por hacer lo que se hace habitualmente pero de una forma diferente. También es posible ofrecer servicios complementarios. Por ejemplo, hoy en día existen empresas que ofrecen servicios de consultoría que también ofrecen servicio de coaching.

Integrar la innovación de menor a mayor escala

Un cambio en una empresa consolidada puede integrarse de una forma gradual para que la novedad pueda apoyarse en aquello que sí funciona. Además, también es positivo poder observar la evolución de dicho cambio.

Una forma positiva de integrar la innovación en la empresa es buscar soluciones diferentes a los problemas habituales de la empresa. De este modo, también es posible encontrar planes alternativos de actuación. Definir el presupuesto para invertir en innovación también es un paso necesario para concretar los recursos disponibles.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

lunes, 7 de septiembre de 2015

Cómo desarrollar tu habilidad para ser lider

La labor de liderazgo implica, entre otras cosas, la capacidad de mantener coordinada a la compañía para no sólo sobrevivir, sino mantenerla a la cabeza de la competencia.


Cuando la estructura de tu negocio crece, debes lograr que cada líder se mantenga con una amplia perspectiva del negocio y sus objetivos, así como de las limitantes y problemas relacionados interna y externamente con la empresa; para que puedan actuar adecuadamente en su función y juntos lograr el éxito que esperas y visualizaste previo a la fundación de tu negocio.

Claridad del negocio y posicionamiento. Esto implica dos aspectos importantes, debes asegurarte de crear y mantener una idea clara y atractiva para tus clientes y que te distinga ante ellos

Planeación y adaptación. Estar al pendiente de cualquier cambio en la tendencia de las necesidades, deseos o hábitos de clientes actuales y potenciales, te permitirá planear los ajustes convenientes, manteniendo vigente la idea central de tu negocio

Desarrollo del personal. El ejercicio efectivo de tu liderazgo se ve reflejado en las oportunidades de crecimiento y desarrollo que proporcionas a tus empleados.

Trabajo en equipo. El fruto de tu esfuerzo como líder se ve reflejado en el manejo de capacidades y talentos de tu personal, a la par que logras que sean capaces de trabajar en equipo.

Administración de la información. Contar con un buen equipo es esencial, sin embargo, tu labor de líder habrá de fomentar el libre flujo de datos e información, alentando la aportación de ideas.

Establecimiento de metas y objetivos. Si planeas, entonces determinar objetivos realistas y alcanzables no será mayor complicación. Con esto evitarás lo que muchos jefes hacen al fijar la meta del año por venir, agregando solamente un “factor” incremental a la cifra del año pasado.

Fijar prioridades. Es muy frecuente que las empresas pequeñas y medianas, en proceso de crecimiento, se vean invadidas por tareas y actividades de corto plazo, sin que se preocupen u ocupen de atender lo estratégico.

Negociar y manejar conflictos. Un buen liderazgo implicará definir una ruta para comprender y resolver las preocupaciones legítimas, consensarlas y tratar asertivamente intereses de grupos o áreas distintas.

Motivación. Con varias teorías de apoyo, la gran habilidad de tu liderazgo facilitará que la gente en tu empresa comparta a lo larga del tiempo los valores, objetivos e idea central del negocio.

Retroalimentación. No basta sólo con darles tareas variadas a tu personal, ni ayudarles a que se identifiquen con esas actividades, ni que entiendan el significado esperado de sus resultados, o que tengan autonomía suficiente para realizarlas, lo que enriquece el trabajo de tus colaboradores.

La mejora en aquellos puntos que necesites optimizar no surge de la noche a la mañana; no en balde, se dice que los verdaderos líderes tienen la disciplina y compromiso necesarios para perfeccionarse continuamente. Aprovecha de estos consejos para desarrollar tu liderazgo.

Marc Soriano
Coach ejecutivo

viernes, 4 de septiembre de 2015

El papel de la comunicación estratégica aplicada en el ámbito de las organizaciones

Entre los múltiples cambios que han ocurrido en las empresas del siglo XXI está la imagen de la comunicación. Sí, la comunicación ha cobrado fuerza y relevancia en el marco organizacional y ha sido tal su estructuración e importancia, que de ella depende no sólo el éxito de una negociación, el establecimiento y la ampliación de contactos, o el manejo interno de la organización; también se le vincula a la construcción misma de la imagen de la empresa, la determinación de estrategias efectivas y, como lo indica Joan Costa, su definición, impulso, realización y control. De esta forma, la comunicación se ha convertido en el pilar de la empresa, al ocupar un lugar estratégico tan importante como la propia producción de objetos y servicios.

La comunicación organizacional tiene su base en la "palabra hecha discurso", y éste, a su vez, tiene como finalidad la acción. Así, tal y como lo recalcan Helena Calsamiglia y Amparo Tusson (1999), la palabra es acción, el discurso es acción. Y como lo complementa Joan Costa (1999), la comunicación es acción y las organizaciones, entre ellas, las empresas, son mundos de acción por las interacciones sociales que en ellas se generan y por los procesos que de ellas se establecen. La palabra, el discurso y la comunicación se convierten así en el eje central de la organización, por medio de las cuales se hace posible su actuar y razón de ser: en otras palabras, ser competitivas y crear identidad.

En relación con la asociación “palabra – discurso” dentro de las organizaciones, en ella se fundamenta, en primera instancia, la identidad corporativa. De esta forma, en la comunicación organizacional un paso fundamental y primario es el establecimiento de un discurso propio de la empresa que reúna, como se dijo antes, la misión, visión, proyección estratégica, los objetivos generales, la estructura organizativa y los valores de la organización. En otras palabras, por medio del discurso se crea la cultura organizacional y esta cultura se asocia, a su vez, con las interacciones sociales de los miembros que la conforman. Así, el discurso de la cultura organizacional no se instaura de la nada, sino que se basa en la organización misma y en su dinámica de acción.

Con un discurso organizacional propio se promueve ya una acción al interior de la organización, un hacer y un sentir con palabras. Y esa cultura ha de verse reflejada hacia fuera, también por medio del discurso y la comunicación organizacional externa. Y es que más que ofrecer o vender un producto, se ofrece y se promociona una imagen institucional, cuestión que ya supone un cambio de visión. La creación de esa imagen implica, a la vez, una estrategia de comunicación.

Ahora bien, la acción estratégica de la comunicación en las organizaciones centra su tarea en las interacciones sociales: éstas son mediadas por procesos comunicativos, tanto al interior como al exterior. Estos procesos se hacen posibles, básicamente, mediante el buen uso de la lengua - escrita y oral - y por el establecimiento y uso de otros sistemas semióticos que también comunican. Así, la lengua define los términos de relación en las interacciones y es este campo desde donde se ha empezado a observar el surgimiento de nuevos lenguajes y de nuevas formas comunicativas que codifican los procesos inteligentes de las organizaciones. ¿Es su organización consciente de ello? ¿Es consciente su empresa de la definición de su identidad? ¿Su organización transmite adecuada y efectivamente su imagen, la de sus productos y servicios a su mercado potencial? ¿Qué usos hace su empresa de la comunicación organizacional? ¿Qué estrategias de comunicación emplea su empresa que le generen mayor productividad, competitividad y ganancias tangibles?

Los elementos que conforman el proceso de la comunicación -como el lenguaje y la lengua- deben transformarse estratégicamente en acciones permanentes en relación con su propia imagen y con el contexto donde se desarrolla la organización, ya sea a nivel local, nacional o global. Este contexto, sin duda alguna, se enmarca en la competitividad. Las empresas evolucionan a la par con la imperante necesidad de ser competitivas en un mundo abierto a la globalización, en donde gestionar la comunicación es una acción imposible de posponer en cualquier tipo de empresa.

Como lo afirma Joan Costa (2004): “es necesario contar con una plataforma estratégica que permita a las organizaciones dar respuestas eficientes a su entorno y gestionar sus relaciones y vínculos con todos sus públicos (...). Las organizaciones que planifican conciente, estructural e integralmente la comunicación, logran una mayor productividad, competitividad y alcanzan sus objetivos corporativos”. En pocas palabras, se requiere una acción de planificación y de puesta en marcha sobre la comunicación. Esto es posible: 1) si se comprende a cabalidad cuáles son los nexos y contextos de competitividad de la propia empresa y 2) si se es consciente del tipo de organización que se requiere para la acción (identidad, cultura y marco organizacional). En este último punto, la comunicación como estrategia organizacional debe adquirir mayor fuerza por el discurso y la identidad corporativa (relacionados con otros signos organizacionales); por las significaciones en el mundo global – es decir, los lenguajes que la globalizan –; por la importancia del dominio y el uso de otras lenguas para garantizar una comunicación intercultural efectiva y para el acceso a la sociedad del conocimiento internacional; por el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en procesos de gestión del conocimiento multicultural y multilingüe. Todos estos aspectos sólo pueden ser parte de la organización de una empresa por medio de la planificación, la implementación y el uso efectivo, eficaz y eficiente de estrategias de comunicación adecuadas para cada organización y acordes con el contexto socio-comercial globalizado del momento.

Es importante resaltar que esta comunicación en y para la acción no se rige por un esquema lineal, como los propuestos por los modelos teóricos tradicionales de la comunicación: se requiere apertura, innovación constante y pleno reconocimiento del entorno cambiante del ámbito de los negocios. Se necesita creatividad en el uso de la palabra y el discurso y la apropiación del medio. Se convierte en una real necesidad conformar un discurso organizacional que se proyecte al interior y hacia el exterior de la empresa, un discurso coherente con los propósitos que busca la organización y con la realidad externa en la que está inmersa, un discurso y una comunicación de competitividad y cambio que se convierta en acción tangible.

En síntesis, la comunicación es acción, y la acción genera cambios y progreso.

Este artículo busca motivar la reflexión en torno a la comunicación organizacional y a su vez, es una invitación para que los directivos, gerentes o dueños de empresas consideren la importancia de la comunicación en el interior de la organización y la tomen en serio. Y su negocio, ¿ha tomado en cuenta estos aspectos?

Doctora Olga Edith López Abril

Marc Soriano
Coach ejecutivo

jueves, 3 de septiembre de 2015

El Coaching ejecutivo en el nuevo mundo de los negocios

Cada día somos testigos de la publicación de más libros y artículos relacionados con la práctica del coaching. El aumento en la frecuencia de la discusión pública de esta práctica profesional está vinculado al hecho de que su presencia en el mundo corporativo va creciendo a pasos agigantados. No se trata únicamente de que los estimados de la revista británica The Economist apuntaran hace más de dos años a que el mercado del coaching tuviese un valor de alrededor de un billón de dólar, sino que la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard proyecta que esa cifra se habrá de duplicar en los próximos dos años. Conviene precisar algunas de las razones que están dando paso a ese crecimiento.

La manera más sencilla de explicarlo es diciendo que las organizaciones ya no son lo que eran y que ese cambio se ha producido, y se sigue produciendo, a una velocidad sorprendente. Las reglas de juego con que hoy operan las empresas para asegurar su ventaja competitiva en un mundo globalizado, y cada vez más impredecible, son bastante diferentes de aquellas con las cuales se educaron tanto los líderes de hoy, como los que están emergiendo como sus potenciales sucesores en la dirección de muchas empresas.

La compleja sofisticación con que las compañías deben enfrentarse a los retos de construir alianzas estratégicas; identificar criterios renovados de productividad, efectividad y eficiencia; fortalecer sus culturas de servicio al cliente; invertir en su capital humano y fortalecer su capital social; ejercer el liderazgo y proveer dirección estratégica; tomar decisiones gerenciales de manera proactiva y no reactiva; estimular a sus equipos de trabajo a analizar el entorno organizacional y estar siempre alerta para adaptarse y responder creativamente a las nuevas tendencias; navegar con éxito en procesos de transformación organizacional; fortalecer los grupos de trabajo convirtiéndolos en equipos de alta ejecución; incentivar la innovación y la creatividad en las distintas instancias organizacionales; validar y modelar el aprendizaje organizacional, y articular los valores centrales que guíen la ética y la responsabilidad social de la empresa, exige que sus líderes actuales y los futuros asuman con entusiasmo el proceso de aprendizaje continuo que les permitirá enfrentar con éxito estos desafíos en el futuro inmediato y mediato, pero sin descuidar la ejecución empresarial de hoy.

Este enmarañado conjunto de exigencias confirma que el éxito de un líder organizacional va más allá del peritaje técnico que adquirió en su formación universitaria y en las primeras etapas de su experiencia profesional. Más aun el líder se enfrenta a la paradoja de que aquellas destrezas y conocimientos que fueron útiles en sus primeras experiencias gerenciales o fases intermedias de dirección, no son hoy ventajosas para ejecutar de manera efectiva. Son otras las destrezas que lo pueden equipar para liderar los saltos cuánticos en la ejecución de los equipos que tiene a cargo. Curiosamente, buena parte del conjunto de habilidades requerido para liderar con éxito una organización en el siglo XXI está estrechamente vinculada a la capacidad del líder para sustentar y modelar relaciones interpersonales saludables, estrategias de comunicación efectivas, y evidenciar altos niveles de inteligencia emocional y resiliencia ejecutiva.

Frente a este panorama tan desafiante y complejo, muchas empresas ampliaron sus programas de capacitación y desarrollo e invierten, todavía hoy, cuantiosas sumas en actividades de formación ejecutiva para sus cuadros directivos. Tales organizaciones se toman muy en serio esos esfuerzos y seleccionan con cuidado qué programas, cursos y seminarios son los más adecuados para atender las necesidades y debilidades que los directivos deben superar, así como las competencias que deben desarrollar. Se espera, naturalmente, que haya un retorno de la inversión en dichas actividades de formación. Los dividendos deben manifestarse, por ejemplo, en una reducción de los costos de transacción en la gestión organizacional gracias a una ejecución más efectiva, atinente y eficiente de sus directivos. Deben propender también a que se produzca un alineamiento estratégico entre las fortalezas renovadas y las nuevas competencias de los directivos, y los objetivos estratégicos de la organización. Ante todo, se espera que la formación dé paso a que los empresarios generen nuevos hábitos de gestión y relación que les permitan ser mejores líderes para dirigir estratégicamente al capital humano de la organización que comandan.

Sin embargo, importantes estudios recientes revelan que no todas las actividades de capacitación y desarrollo logran los mismos resultados. Más aun, cuando se investiga cuánto de lo trabajado en dichas experiencias formativas se traduce en cambios en comportamientos en la gestión cotidiana de los directivos, la evidencia es preocupante. Actividades tales como escuchar oradores invitados y conferencistas, en las que el ejecutivo se limita a atender y procesar lo escuchado, no logran un impacto mayor del quince por ciento. Experiencias que combinan conferencistas con actividades de aplicación práctica –talleres, trabajos en grupos, juegos de roles, entre otros- logran un impacto de un veinticinco por ciento en lo que respecta a transferencia al lugar de trabajo. Lo verdaderamente significativo de los estudios antes mencionados es la data que surge de aquellas actividades de capacitación y desarrollo que se complementan con programas individualizados de coaching, en los que por un período de seis a doce meses, luego de los seminarios y conferencias elegidos, los ejecutivos cuentan con el acompañamiento de un coach que le sirve como facilitador en el proceso de traducir el aprendizaje obtenido en nuevas prácticas, hábitos y comportamientos. En esos casos, de manera interesante, la efectividad de las actividades de capacitación y desarrollo,seguidas de programas de coaching, se traduce en un impacto del noventa por ciento en lo que a transferencia a la gestión cotidiana en el lugar de trabajo se refiere.

¿A qué se debe esta diferencia tan significativa? La explicación, aunque compleja, puede formularse de manera sencilla: los cambios en comportamientos no son meramente un asunto de voluntad. Si bien esa voluntad es un primer paso, y la toma de conciencia respecto a las desventajas de las prácticas poco efectivas y de la necesidad de cambiarlas es otro, ambos importantes, sin duda, los estilos y las prácticas de liderazgo empresarial que deben transformarse responden a hábitos profundamente arraigados y a estructuras de interpretación de las que los líderes se sirven para moldear sus modos de ser en el mundo. Adquirir nuevos conocimientos no basta para transformar tales hábitos y estructuras mentales. Se requiere algo más profundo y sostenido. Es allí donde los procesos de coaching han venido a cumplir una función medular y a complementar con éxito las actividades de formación y desarrollo.

Por medio de sus intervenciones y sirviéndose de una sólida formación que integra el conocimiento tanto del mundo gerencial como de las complejidades del comportamiento humano y organizacional, el coach corporativo se convierte en un aliado del líder en su proceso de crecimiento personal y de desarrollo de nuevas y renovadas competencias. Por medio de una escucha atenta y centrada en el deseo y el saber de su cliente, el coach lo anima, con sus preguntas y desafíos, a comprometerse con la ruta de la profundización tanto en su teatro interno como en sus potencialidades, y en la interrogación y modificación de hábitos poco productivos.

Esos cambios paradigmáticos y la transformación de hábitos por medio de una práctica sostenida acompañada de la retroalimentación de un coach corporativo, hacen posible que el directivo desarrolle nuevas competencias para un liderazgo efectivo; provea una adecuada dirección estratégica al talento humano de la empresa; logresostener un buen balance entre las exigencias profesionales y las personales; consiga cumplir con éxito y animar a otros al cumplimiento eficiente de los objetivos estratégicos; y aumente, como resultado de ello, la productividad y rentabilidad de la empresa. De ahí el valor que añade el coaching corporativo y que explica por qué cada vez más organizaciones exitosas seleccionan esa ruta para invertir en su talento directivo y catapultar así sus más importantes emprendimientos.

Doctor Alfredo Carrasquillo

Marc Soriano
Coach ejecutivo

miércoles, 2 de septiembre de 2015

El futuro de los Negocios

En la década de los 80, la mayoría de los negocios llevaban a cabo sus transacciones comerciales de manera presencial. Para el cliente había una necesidad de establecer un contacto físico con su vendedor, y este último, con su proveedor. Ya a principio de los 90, dichas transacciones comenzaron a llevarse a cabo de manera virtual. La popularidad de la Internet rebasó todo tipo de frontera empresarial y comenzó a otorgar cierta ventaja competitiva a todo tipo de negocio que hiciera uso de ella. Esta ventaja se hizo evidente no solamente en el ámbito empresarial, sino también a nivel personal. Ya no existía la necesidad de salir del hogar para realizar las compras. El ordenador fue el sustituto perfecto para los desplazamientos geográficos y, por consiguiente, se convirtió en el amante predilecto en las relaciones de pareja.

Ahora, en la primera década de 2000, contamos con el privilegio de acceder a la cuenta de correo electrónico desde el teléfono móvil, al igual que podemos verificar los balances de cuenta bancarios desde la comodidad del hogar, y/o comprar billetes de avión sin tener que recurrir a una agencia de viajes. Si ustedes piensan que este es el principio del fin en cuanto a avances tecnológicos se refiere, no se confundan. Esto apenas acaba de comenzar.

Recientemente, la compañía Apple lanzó al mercado la última revolución en telefonía móvil: el conocido iPhone. Lo innovador de este producto es que en un dispositivo de mano que pesa menos de 140 gramos, gracias al cual el usuario tiene la posibilidad de realizar y recibir llamadas, navegar por Internet, verificar la cuenta de correo electrónico, tomar fotos, grabar y ver vídeos, seleccionar música o elegir el mensaje de voz que se quiera escuchar, todo ello tan sólo con el toque de un botón. Este avance es uno de los medios por los cuales toda empresa virtual podrá llegar a las manos de sus clientes de la manera más rápida, sencilla y eficiente posible. Si antes había que esperar a que los clientes potenciales llegaran a sus hogares, abrieran sus ordenadores y se conectaran a Internet, ahora se podrá llegar a ellos sin importar el lugar en el que se encuentren y sin la necesidad de disponer de un ordenador portátil. La pregunta que surge es la siguiente: ¿Sería prematuro pensar acerca de una adopción masiva de este tipo de dispositivo de mano portátil con acceso a Internet? ¿Qué pasaría si se combinara el iPhone con un modelo de distribución de software?

El iPhone ha salido al mercado justo cuando la demanda por los modelos de distribución de software conocidos como SaaS (Software as a Service por sus siglas en inglés, o software como servicio) ha ido en aumento. El SaaS es un modelo de distribución de software donde la compañía que lo provee se encarga de su funcionamiento, mantenimiento y mejoras. Ejemplos clásicos de modelos de SaaS son las cuentas gratuitas de correo electrónico provistas por compañías como Yahoo, Hotmail o Gmail. Algunos consideran que es la alternativa al software basado en la compra de licencias. Compañías como IBM, Oracle, Microsoft, y SAP ya están haciendo planes inmediatos para mejorar el desarrollo de este tipo de producto y poder comercializarlo a nivel empresarial.

Según la firma consultora Gartner, se espera que para el año 2011 las ventas provenientes de estos modelos sobrepasen los 12.000 millones de euros a nivel mundial. El campo de aplicabilidad de un modelo híbrido, compuesto por un dispositivo de mano portátil como lo es el iPhone, y un modelo de distribución de software, es enorme. Existe un mar de oportunidades en áreas tan diversas como lo son la industria hotelera, los hospitales, el campo de gestión de operaciones y el área de ventas.

Debido a los recientes avances tecnológicos y al alcance ilimitado de la Web, la clave del éxito empresarial para cualquier negocio virtual residirá en la manera de presentar la información a su potencial cliente. Resulta importante cuestionarnos lo siguiente: ¿Cuál será mi ventaja competitiva? ¿Qué debo ofrecer y cómo ofrecerlo? ¿De qué manera le puedo presentar la información a mi cliente con el propósito de producir el mayor impacto posible? Éstas son preguntas que se deben tomar en cuenta, al saber que se vive en una sociedad que innova constantemente en el área tecnológica y en donde los avances de hoy, serán un recuerdo en el mañana.

Como dice el refrán: “no es cuestión de llegar a la cima, sino saber cómo mantenerse en ella”. ¿Sabes tú cómo?

José A. Sanabria, PhD.
Doctorando en Ciencias de la Gestión en Inteligencia Artificial

Marc Soriano
Coach ejecutivo