martes, 30 de abril de 2019

Según Aristóteles hay 3 tipos de amistad.

Aristóteles siempre concedió un valor especial al tema de la amistad en su obra. Para él, era un bien valioso y un aliciente para una vida feliz. Sin embargo, concretó que en la vida podemos encontrarnos tres tipos de amistad, tres tipos de vínculos donde solo uno podía elevarse a una forma superior de relación, a un lazo excepcional alejado del interés y la simple casualidad.


Como es bien sabido Aristóteles era todo un polímata. Sus saberes o mejor dicho, su amplia curiosidad le permitió adquirir un solvente dominio en áreas tan diversas como la lógica, la ciencia, la filosofía… Así, algo que sin duda resulta muy llamativo cuando nos acercamos a obras como Ética a Nicómaco es que describa en aquella época al ser humano como una criatura férreamente social. Nos describe como animales sociales, ahí donde la amistad supone sin duda la forma más satisfactoria de convivencia.

Puede que en su momento el sabio estagirita no tuviera acceso ni posibilidad para conocer los misterios del cerebro, pero si hay algo que la ciencia moderna nos ha podido demostrar es que este órgano necesita de la interacción social para desarrollarse, sobrevivir y gozar a su vez de una adecuada salud. Somos sin duda animales sociales, criaturas que necesitan de fuertes lazos con nuestros semejantes. Sin embargo, esos vínculos a los que deberíamos aspirar deben basarse sin duda en una serie de pilares. 

Estatua de Aristóteles para hablar de los tipos de amistad

Los tres tipos de amistad que caracterizan al ser humano.

A menudo, vemos a los  filósofos clásicos como a ese pozo de sabiduría respetable pero distante. Son esas voces del ayer a las que citar de vez en cuando con fines divulgativos, pero pensando a su vez que muchas de las cosas que nos dejaron recogidas en esos legados milenarios, poco tienen que ver con las necesidades y características actuales. Nada más lejos de la realidad. Es más, en medio de nuestra zozobra existencial viene realmente bien reencontrarse con ellos para descubrir auténticos textos de crecimiento personal.
Ética para Nicómaco es uno de ellos, es un trabajo revelador sobre cómo alcanzar la felicidad y sobre el lugar que ocupan nuestras relaciones sociales en el día a día. Para Aristóteles, la amistad es un intercambio donde aprender a recibir y a otorgar, pero lejos de concebirse como un sistema de pagos, debemos recordar que «no es noble estar ansioso de recibir favores, porque solo el desgraciado necesita bienhechores, y la amistad es ante todo libertad. El estado más virtuoso del ser».
Por otro lado, algo que nos explica Aristóteles en esta obra es que hay tres tipos de amistad, los cuales de algún modo, todos nosotros nos habremos encontrado en más de una ocasión.

La amistad interesada

Que las personas nos instrumentalizamos las unas a las otras es algo bien sabido. Algunos lo hacen con más frecuencia, otros no lo conciben y unos pocos entienden la amistad de este modo: «yo inicio una relación de falsa amistad contigo esperando obtener un beneficio».
Aunque cuando contamos con uno o varios amigos todos esperamos obtener algo a cambio: apoyo, confianza, construir buenos momentos, compartir tiempo de ocio, etc, hay quien utiliza la adulación y la manipulación para obtener dimensiones más elevadas: posición social, reconocimiento…
Mano manipulando una marioneta simbolizando uno de los tres tipos de amistad

La amistad que solo busca placer

Este es uno de los tres tipos de amistad que sin duda nos será sobradamente conocido. Es una interacción que suele darse mucho durante la adolescencia y primera juventud. Más adelante, cuando nos volvemos más selectivos, cautos y aplicamos adecuados filtros es común ver venir este tipo de amistad de doble filo.
Ahora bien ¿en qué se diferencia la amistad interesada de aquella que busca placer? En la primera la persona busca obtener un beneficio, ya sean favores, acceso a otras personas, reconocimiento, etc. En el caso de esta segunda dimensión lo que se aspira es simplemente «a pasarlo bien».
Son personas orientadas a ese hedonismo vacío e intrascendente, ahí donde se busca quedar con los demás para compartir en exclusiva instantes de distensión, de alegre complicidad, de grato bienestar. Así, y en cuanto la otra persona necesita de un apoyo sincero cuando acontece un problema o cuando las cosas se complican, el falso amigo se diluye en la nada como un azucarillo en una taza de café.

La amistad perfecta

Entre los tres tipos de amistad que definió Aristóteles, existe la ideal, la más sólida, la más excepcional pero aún así posible. Es esa donde más allá de la utilidad o el placer existe un aprecio sincero por el otro por como es. Hay una especie de altruismo en ese vínculo donde no se busca sacar provecho, donde se desea sencillamente, compartir los buenos momentos, la cotidianidad del día a día y ser también esa referencia permanente a la que acudir para recibir apoyo.
Es la amistad basada en la bondad, esa que Aristóteles describió casi como una relación de pareja. Porque al fin y al cabo, los amigos perfectos, los amigos de corazón son muy pocos, son escasos, son esas referencias con las que construir un sentido de intimidad muy profundo, donde esperamos no ser traicionados, donde se atesoran experiencias, recuerdos y promesas que el tiempo ni la distancia podrán destruir.
amigas al amanecer simbolizando los tres tipos de amistad
Para concluir, es muy posible que muchos de nosotros tengamos en estos momentos los tres tipos de amistad descritos por Aristóteles: personas que quieren algo de nosotros, amigos que solo nos buscan para compartir instantes de diversión, y personas excepcionales que está ahí en vientos y mareas. Amigos que no cambiaríamos por nada y que hacen de esta vida un viaje más llevadero a la vez que interesante…
Marc Soriano
Coach ejecutivo

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