Existe una vieja frase que
dice: "No he fracasado 100 veces, sino que ya he aprendido 100 formas
de cómo no hacer las cosas".
El
emprendedor Corey Capasso hace gala de ese viejo dicho y es un
ejemplo de persistencia, mentalidad, enfoque y empuje. Con tan sólo 26
años, Corey Capasso ya tiene 5 empresas fundadas, pero vayamos al principio.
Con 18 años tuvo su primera idea de negocio, fundando su
primer negocio relacionado con el plástico. Capasso observó que la mayoría de
la gente cuando tiene un bolígrafo en la mano, suele llevárselo a la boca,
mordisquearlo y chuparlo. Así que pensó en hacer plástico especial para
"capuchas" de bolígrafos con sabor a frutas. Aquella idea no acabó de
despegar, claro que según el propio Capasso no tuvo mucho tiempo para
desmotivarse, pues en lugar de pensar en la mala suerte que tuvo, se dedicó a
pensar en sus siguientes ideas de negocio.
Capasso continuó llevando a cabo toda idea que le venía a la cabeza. Se calcula
que ha puesto en marcha 15 empresas desde los 18 hasta los 26 años, y una de
sus empresas, Spinback, fue adquirida por Buddy, y Buddy fue
adquirida a su vez por Salesforce, en una operación de 700 millones
de dólares.
Capasso cuenta cómo aún siendo un pequeño emprendedor con pequeñas empresas, ha
sabido ganarse a clientes importantes de empresas que aparecen en la
revista Fortune500.
Su sello de
identidad es la persistencia, como cualquier buen emprendedor, pues comenta que en ocasiones, para captar
clientes ha debido seguirlos incluso al gimnasio para intentar hacer negocios
aunque sea desde la bicicleta estática junto al potencial cliente.
En la
actualidad, Corey Capasso vuelve a ser noticia al haber sido capaz de
levantar 3 millones de dólares en una ronda de financiación para su última
empresa, Nomi, una plataforma de optimización de marketing para
tiendas físicas, la cual ya cuenta con clientes cuyas empresas valen 1.000
millones.
¿Qué nos enseña la historia de este emprendedor?
Lo primero que nos muestra, es que, aún sonando a típico, no se fracasa hasta
que dejas de intentarlo, no importa cuántas veces caigas, sino la energía con
la que vuelves a levantarte, y que una guerra no se acaba hasta que se acaba la
guerra, claro que en el tema del emprendimiento, la guerra no termina mientras
continúes luchando.
Ahora pensemos por un momento en qué ve un inversor a la hora de invertir en
este chico. Básicamente, el inversor sabría que Capasso puede tener éxito o
puede fallar (en eso no hay garantías), pero tiene la garantía de que el chico
va a dar hasta la última gota de sudor para intentar tener éxito en sus
proyectos. Y eso no es poca garantía.
Marc Soriano
Coach ejecutivo
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